Varias instalaciones de Iberduero, destruidas la pasada madrugada
Tres transformadores Y otras instalaciones complementarias de sendas estaciones transformadoras de distribución (ETD), así como un camión-filtro, todo ello propiedad de la empresa Iberduero, fueron destruidos en atentados registrados, en la madrugada de ayer, en tres localidades del País Vasco. ETA Militar reivindicó, por su parte, la serie de atentados registrados en los últimos días contra instalaciones eléctricas, en un comunicado en el que insta a la empresa propietaria de la central de Lemóniz a aceptar sus exigencias «antes de que ocurran más hechos irreparables».La primera explosión se produjo hacia la una de la madrugada, en la localidad guipuzcoana de Alzo, donde una carga de unos tres kilogramos de Goma 2 destruyó totalmente la sala de control de mandos de la subestación y uno de los tres transformadores de la misma. Aproximadamente, la misma cantidad de explosivos fue utilizada para volar, una hora después, parte de la subestación de Mondragón, también en Guipúzcoa, donde quedó inutilizado un transformador y varios servicios de un ala de la planta.
Casi simultáneamente, sendas cargas de Goma 2 inutilizaban, en Lemona, localidad situada a diecisiete kilómetros de Bilbao, un transformador de 45.000 kilovatios de potencia y un camión propiedad de Iberduero aparcado en las inmediaciones de la subestación. Merced a la entrada en servicio de la red secundaria, conectada con otras subestaciones, el suministro no llegó a interrumpirse, aunque los daños son cuantiosos: unos veinticinco o treinta millones de pesetas el transformador y seis millones el camión. En total, los daños causados por las explosiones de la pasada madrugada podrían evaluarse en cerca de setenta millones, según fuentes de la empresa eléctrica.
ETA Militar reivindicó los atentados contra instalaciones de Iberduero, registrados en Hernani, Alegría, Lezo, Arazuri, Urkabustaiz y Viana, entre los días 11 y 23 del mes en curso, a través de un comunicado que ayer reproducía el diario Egin. En su escrito, ETA justifica su intervención contra Iberduero por lo que considera «intransigente postura represiva de dicha empresa».
Si ETA «ha incrementado sus acciones armadas hasta el punto de ejecutar al ingeniero-jefe Ryan y prodigar su campaña de sabotajes, lo ha hecho en la medida que la cota de desprecio y represión hacia la movilización popular se ha tornado intolerable». El comunicado finaliza emplazando a Iberduero a «aceptar nuestras exigencias populares contenidas en la consigna Lemoiz apurtu (Aplastar Lemóniz), para que no nos obligue a recurrir a métodos extremos que vendrían a incrementar aún más la serie de daños irreparables que hasta el momento ha costado la lucha anti Lemóniz».
En relación con la mencionada central nuclear, el presidente del Consejo de Administración de Iberduero, SA, Manuel Gómez de Pablos, ha revelado, en una entrevista que publica esta semana La actualidad Económica, que en la construcción de Lemóniz se llevan invertidos unos 150 millones de pesetas, lo que supone, por una parte, el 70% del total de inversión previsto y, por otra, un tercio del total de recursos propios con que cuenta la empresa.
Pese a la práctica paralización de las obras desde el pasado mes de febrero, Gómez de Pablos se muestra optimista sobre la finalización de los trabajos y asegura que su empresa «jamás se ha planteado la posibilidad de vender la central porque considera que acabarla y ponerla en marcha es una de las más importantes misiones de Iberduero». Por lo demás en opinión del presidente de la empresa eléctrica, «la no aceptación de la energía nuclear en España, y concretamente en el País Vasco, comprometería el futuro económico de la nación».
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