Martín Vigil puntualiza
En atención a lo publicado en la última página de EL PAIS del día 18, desearía hacer constar las siguientes puntualizaciones:
1. Cuanto di,e en el programa de televisión «Mano a mano» se reduce a lo que cito casi al pie de la letra: Libertad sexual, sí, pero con dos limitaciones: a) Que en el uso del propio sexo nadie perjudique o haga daño a los demás: b) Que quien tenga una creencia reliziosa intente vivir de acuerdo con la moral correspondiente mereciendo el respeto de los demás. Limitaciones que reiteré cuantas veces pude en el curso del «mano a mano». (Pienso que si todos actuáramos ateniéndonos a ellas, esto sería un paraíso ético).
2. Yo no fui a televisión para adoctrinar a nadie. Acudí por haber sido llamado. No elegí el tema del programa ni la persona de mi interlocutora. Me limité a exponer mis opiniones cuando fui requerido para ello y a respetar el turno de mi oponente con la cortesía que pide el diálogo.
3. He vuelto a ver el video del programa y no encuentro que haya salido de mis labios afirmación alguna que contradiga la ortodoxia y que no tenga el apoyo, incluso escrito, de no pocos católicos, incluso sacerdotes, que piensan como yo. No obstante lo cual, dejé clara constancia de que hablaba a título personal y de que, por supuesto, me sometía a la disciplina de la Iglesia.
No escribo para la polémica, sino para dejar bien claros los citados tres puntos.
Mi sincero respeto para los discrepantes de buena fe./
