Los "federalistas" se imponen en el congreso del PC de Euskadi
La conferencia nacional del Partido Comunista de Euskadi (EPK), que comenzó ayer en Bilbao, elegirá, con toda probabilidad, una lista homogénea de delegados al X Congreso del Partido Comunista de España (PCE), integrada por representantes de la tendencia federalista, favorable a una convergencia orgánica con Euskadiko Eskerra (EE). Este resultado supone un fracaso momentáneo de la intervención personal de Santiago Carrillo en la pugna que enfrenta a los federalistas con otra corriente más propicia a los proyectos del secretario general del Partido Comunista de España.No obstante, según fuentes del EPK, la conferencia sólo es el antepenúltimo capítulo de la crisis desencadenada entre los comunistas vascos. El siguiente se resolverá durante el X Congreso del PCE, que la tendencia carrillista de Euskadi considera ganado, en el sentido de que van a resultar derrotadas las propuestas de federalización del partido y renovación de sus dirigentes, apoyadas por la delegación vasca.
La última parte del proceso está previsto que se desarrolle en torno a un congreso extraordinario, a celebrar en septiembre, para cuya convocatoria existe acuerdo tácito en las dos tendencias. Los carrillistas, que ya han intentado sin éxito la revisión de la política del EPK durante la preparación de la conferencia nacional, tienen la intención de apelar a las bases para resolver las contradicciones entre las dos organizaciones comunistas, acentuadas por el resultado previsible del X Congreso del PCE. Los federalistas no parecen dispuestos a permitir que este tema se convierta en una baza de la corriente rival y prefieren convocar ellos mismos el congreso extraordinario que habrá de decidir el futuro del EPK.
La tendencia federalista es homologable, en términos generales, con los eurocomunistas firmantes del manifiesto por la renovación interna del PCE, aunque pone un acento especial en la necesidad de profundizar la autonomía de las organizaciones nacionales y regionales.
3% del electorado vasco
El límite real de las tendencias en el EPK no establece, sin embargo, la posición frente al futuro del partido y la relación con EE. Los federalistas han llegado a la conclusión de que es imposible mantener el partido en el País Vasco con un electorado del 3% y desean abrir una negociación con EE que les permita estar presentes, con suficiente peso especifico, en el congreso que en diciembre dará paso a la transformación de la coalición abertzale en un partido. Los carrillistas consideran esta actitud una venta en saldo de la organización comunista y se muestran dispuestos, en todo caso, a la apertura de negociaciones con EE «cuando existan condiciones para ello».El proyecto de los federalistas consiste en la creación de un nuevo partido que aúne en Euskadi fuerzas procedentes del nacionalismo y del movimiento obrero no nacionalista, y que conjugue las respectivas herencias culturales. La nueva organización debe ser suficientemente flexible y amplia como para aplicar una sola política que satisfaga a nacionalistas y no nacionalistas, por una parte, y a socialistas y comunistas, por otra. El proyecto de unificación completado con la presencia de núcleos de independientes y antiguos militantes de fuerza para la unificación de los socialistas vascos (ESEI), podría recordar el origen y la formación del PSUC, con el que EE siempre ha mantenido relaciones estrechas, pero apenas existe posibilidad alguna de que el nuevo partido acepte mantener una vinculación orgánica con el PCE, como en el caso de los comunistas catalanes.
La importancia de la crisis actual del EPK estriba en que de su resultado dependerá si es toda la organización, de forma oficial, la que emprende negociaciones con EE o si lo harán sólo colectivos separados del partido.
Dureza carrillista
La actitud de Santiago Carrillo, hasta el momento, ha ido encaminada a conseguir un control directo de la negociación con EE. Para ello ha tratado de colocar a hombres de su confianza en la dirección del EPK. La última sesión del comité central de los comunistas vascos, celebrada en San Sebastián, se dedicó a escuchar durante cinco horas una grabación de las conversaciones mantenidas en Madrid entre Carrillo y Roberto Lertxundi, secretario general del EPK y líder de los federalistas. En esta charla, que se desarrolló en términos de gran dureza, Carrillo exigió de su interlocutor vasco una renuncia formal a abanderar la federalización del PCE en el 10º Congreso, así como la inclusión en el ejecutivo del EPK de hombres de su confianza, en especial Ignacio Latierro, antiguo secretario provincial de Guipúzcoa y exponente máximo de la corriente carrillista.
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