La situación inglesa

Margaret Thatcher puede dar el tono justo dirigiendo su atención no hacia los cañones de agua, gases y balas de caucho. En respuesta, la oposición podrá abstenerse de proferir epítetos como vaca tonta y mujer estúpida. ( ... )En amplio sentido, parece que en Gran Bretaña se experimenta que el viejo orden ha fracasado. Millones de jóvenes, blancos y negros, tienen pocas esperanzas de escapar de la pobreza. ( ... )

La señora Thatcher reconoce las raíces económicas del problema. Comprende que mientras no se encuentre una solución a largo plazo, la productividad británica debe aumentar sustancialmente, los gastos no pueden exceder a los ingresos, las actividades ineficaces, tanto en la industria privada como en el sector público, deben finalizar. Pero parece que tiene poca capacidad para entender la magnitud social de la dolencia británica,

Su enfoque unilateral sobre la ley y el orden, con exclusión de las otras dimensiones de la revuelta, puede llevar a exasperar y a confundir la situación, alienándose a los negros y a los desempleados.

Un joven indio declaró a un periodista del New York Times que la señora Thatcher no tenía respeto por la vida humana y carecía de normas morales. Si este punto de vista se extiende ni las balas de caucho ni los gases impedirán las revueltas. (...)

16 de julio