Louis Aragon recibe la Legión de Honor de la República francesa

Louis Aragon ha sido condecorado con la orden de la Legión de Honor de la República francesa. A sus 84 años es la primera vez que el gran poeta francés recibe una condecoración en su propia patria. La presidencia de François Mitterrand parece haber ayudado a este tardío reconocimiento.En efecto, lo más probable habría sido, de no mediar el triunfo socialista en las pasadas elecciones galas, que Louis Aragon se hubiera quedado sin la correspondiente cinta de caballero de la Legión de Honor, máxima condecoración francesa, que el presidente Mitterrand le ha concedido con motivo de la fiesta nacional del 14 de julio, aniversario de la toma de la Bastilla por el pueblo parisiense durante la Revolución. Aragón es el gran superviviente de la generación surrealista de los años veinte, y ya a su avanzada edad, viudo desde hace años de la llorada Elsa Triolet, era un monumento vivo, una figura silenciosa y familiar en los ambientes intelectuales galos.

Se cuenta que un buen día Aragón buscaba ejemplares de sus libros para regalar, y entró en una librería del Barrio Latino de París en su busca. Pero cuando llegó la dependienta de la librería el poeta había olvidado su propio nombre. "Aunque usted no lo sepa, señorita", le dijo a la librera, "yo soy un escritor francés bastante conocido...". "Usted es Louis Aragon", respondió la de pendienta salvando al poeta de su apuro. Sin embargo, Aragon sigue en activo: hace unos meses publicó un grueso volumen de re latos, con muchos de ellos inédi tos, Le Mentir-vrai, y en la pasada campaña electoral se le pudo ver en algunos actos políticos acom pañando al líder comunista Georges Marchais.

Las desventuras electorales del Partido Comunista francés, sin embargo, se han visto paliadas por el triunfo de la izquierda socialista. La condecoración a Aragon era algo que caía por su propio peso, que ha remediado una injusticia histórica. Bien es verdad que el gran escritor no ha resultado nunca un sujeto fácil de condecorar. Su primera etapa surrealista fue la de la contestación en estado puro, y resultaba muy dificil premiar al autor del Tratado de estilo, El campesino de París, El libertinaje o Aniceto o el panorama.

Eran los años veinte cuando Louis Aragon, en compañía de André Breton y Philippe Soupault, lanzaba la revista La revolución surrealista y los correspondientes Manifiestos. Pero a finales de la década todo empezó a cambiar. Apareció la figura de Elsa Triolet, cuñada de Ma¡akovsk¡, llegada de Rusia, y Louis Aragon se convertía al comunismo.

El surrealismo dejó paso a los grandes poemas y a los frescos narrativos como Las campanas de Basilea- Los barrios residenciales, Los viajeros de la imperial o Aureliano, que desembocarían en la serie de Los comunistas. Durante la guerra Louis Aragon luchó en la resistencia contra los alemanes e hizo célebre su seudónimo de François-la-Colère. Vinieron los poemas patrióticos, como La Diana francesa, o los amorosos, como Los ojos de Elsa. Durante muchos años dirigió el semanario cultural comunista Les lettres françaises -no sin tropiezos contra la ortodoxia de su propio partido-, donde hasta llegó a rechazar la invasión soviética de Checoslovaquia en 1968. Sus últimos años han sido los de las grandes narraciones intelectuales: La Semana Santa, La suerte de matar, Blanca o el olvido, Teatro-novela. Y, tras un fugaz paso por la"academia Goncourt, la desaparición de su compañera, la inolvidable Elsa, y la gran vejez del monumento superviviente. Heredero de mil épocas y de la historia de un siglo trágico, Louis Aragon ha sido al fin oficialmente reconocido por las autoridades de su propio país como un ciudadano francés condecorable. Ya era hora.