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Violencia tras la muerte de un quinto huelguista del IRA

Andrés Ortega

La muerte del huelguista de hambre Joseph McDonnell, en la cárcel de Maze, desató la violencia en la madrugada de ayer en algunos barrios católicos de Belfast. La intervención de las fuerzas del orden provocó la muerte de un joven. Parecen, pues, esfumarse las esperanzas de llegar a una solución para la actual crisis norirlandesa.McDonnell, de treinta años de edad, murió a las 6.11 (hora de Madrid) de ayer, en su 61 día de ayuno.. En 1971 entró en el Ejército Republicano Irlandés (IRA), y en 1976 fue arrestado con Bobby Sands, después de una explosión en una tienda y un tiroteo con la policía; posteriormente fue condenado a catorce años de prisión por tenencia ilícita de armas. Cuatro días después de que muriera Bobby Sands, McDonnell comenzó su huelga de hambre. Es el quinto preso que muere en estas condiciones este año en el Ulster.

La noticia de su muerte se extendió rápidamente por Belfast, su ciudad natal, donde grupos de jóvenes comenzaron a atacar a las fuerzas de seguridad y a secuestrar e incendiar coches. En uno de estos incidentes, las tropas británicas abrieron fuego y mataron a John Dempsey, de dieciséis años de edad. Entre civiles, policías y militares son ya veintisiete las personas que han perdido la vida en el Ulster desde la muerte de Sands.

Con otros siete presos republicanos aún en huelga de hambre, la muerte de McDonnell parece haber venido a anular los esfuerzos de la Comisión irlandesa de Justicia y Paz para encontrar una salida a la crisis. En su labor de mediadores habían conseguido que un funcionario del Ministerio de Irlanda del Norte visitase a los huelguistas en la cárcel. Un portavoz de este Ministerio señaló ayer, sin embargo, que aún se podían introducir mejoras en el régimen penitenciario de la cárcel de Maze, pero reiteró que la política del Gobierno británico era la de no negociar bajo la coacción de la huelga de hambre. Las cinco demandas de los presos incluyen libertad de asociación, derecho a vestirse con su propia ropa, derecho a negarse a realizar trabajos penales, más visitas y cartas y la recuperación de la remisión perdida durante las protestas.

En un comunicado hecho público ayer, el Sinn Fein provisional (rama política del IRA) manifestó que todos los intentos realizados hasta ahora para alcanzar una solución han resultado vanos.

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