Fin de la tregua social en Polonia
Los 40.000 estibadores de los puertos polacos del litoral Báltico efectuaron ayer una huelga de advertencia de una hora de duración para apoyar sus peticiones de aumentos salariales y de mejoras sociales. Esta acción de protesta supone el fin de la tregua social que se observaba en Polonia desde la huelga nacional del 27 de marzo.Tras el fracaso de las negociaciories con altos funcionarios del Gobierno, los representantes sindicales anunciaron que daban un plazo de siete días para que se aceptasen sus peticiones, o, en caso contrario, desencadenarían una "huelga de ocupación ilimitada".
El paro se inició a las diez de la mañana (hora de Madrid), y su comienzo fue anunciado por las sirenas de las fábricas y de los barcos. Las grúas fueron paradas, y los trabajadores de los muelles de Gdansk, Gdynia, Kolobrzeg y Szczecin se colocaron brazaletes con los colores nacionales (blanco y rojo) en sus mangas. Una hora después reanudaban el trabajo, sin que se produjesen incidentes.
Las negociaciones celebradas ayer, en las que participó el presidente de Solidaridad, Lech Walesa, y que tuvieron como escenario la ciudad de Gdansk, no sirvieron para acercar las posiciones entre los delegados de los trabajadores portuarios y los representantes gubernamentales. Los primeros exigen la aprobación por parte del Gobierno de una "carta de los estibadores" en la que se contemplan mejoras económicas, sociales y de condiciones de trabajo.
A esta agitación, social hay que añadir el "estado de preparación de huelga" decretado por los trabajadores de las líneas aéreas polacas LOT, que pararán durante cuatro horas mañana si las autoridades no ratifican como director de la compañía a la persona que ellos eligieron en asamblea.
Por su parte, el sindicato Solidaridad de la empresa de transportes de Bydgoszcz ha decidido convocar una huelga de advertencia de dos horas de duración para hoy, con el propósito de exigir la dimisión del director.de la empresa. Se desconocen, sin embargo, las críticas que le formulan.
Este proceso, aunque no tiene el carácter dramático de las huelgas desencadenadas a finales de marzo -tras los incidentes de Bydgoszcz-, se produce en un momento político especialmente delicado, en vísperas del congreso extraordinario del Partido Obrero Unificado de Polonia.
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