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Una gran tormenta de agua paralizó Madrid durante media hora

Una impresionante tormenta de agua cayó a última hora de la tarde de ayer sobre Madrid y dejó prácticamente paralizada la ciudad durante más de media hora. Los coches tuvieron que detenerse ante la imposibilidad de circular, y fueron incontables los árboles que sufrieron destrozos. Según aseguraron los bomberos, pese a que recibieron numerosas llamadas, no tuvieron que intervenir en ningún caso de gravedad.

Hacia las 19.30 horas, una fuerte tormenta de agua y granizo dejaba casi a oscuras y semiparalizada toda la ciudad. Los atascos de tráfico se producían por todas partes y las inundaciones en casas bajas y sótanos de edificios requerían la asistencia continua de los bomberos y de la Policía Municipal. A las ocho de la tarde, las centralitas de estos dos servicios estaban totalmente bloqueadas.Ya a primeras horas de la tarde se había formado un inpresionante atasco de unos cinco kilómetros de longitud en el paseo de la Castellana, como consecuencia de una avería en el sistema de semáforos producida por la tormenta que cayó entre las dos y las tres de la tarde. La Policía Municipal pudo resolver este atasco y, pasadas las cuatro de la tarde, el sistema de semáforos volvía a funcionar con toda normalidad.

En las barriadas periféricas, las zonas de chabolas y casas bajas tuvieron que soportar auténticos aluviones de barro, que, junto a la tromba de agua, obligaron a sus habitantes a refugiarse fuera de las viviendas para evitar males mayores. En el centro de la ciudad, las calles y aceras apenas podían verse, debido al agua que corría, aunque, según aseguró la Policía Municipal, el buen estado y la limpieza de las alcantarillas de la mayor parte de la ciudad evitó que los encharcamientos y las pequeñas inundaciones produjeran mayores molestias.

Pasadas las diez de la noche, el servicio de bomberos continuaba achicando el agua caída en sótanos de diferentes edificios, a la vez que la Policía Municipal se esforzaba en suplir los efectos producidos en la circulación tras la rotura de algunos semáforos.

Los barrios que más requirieron la presencia de bomberos y Policía Municipal fueron Vicálvaro, Tetuán, Ventas y Puente del Rey. Los motivos más frecuentes de las llamadas fueron las inundaciones en sótanos, aunque también se produjo la rotura de alguna cornisa, sin mayores consecuencias, y el destrozo de árboles y jardines.

En pleno centro de Madrid, algunas casas situadas en Lavapiés o Malasaña sufrieron, por su estado ruinoso, grandes daños en los tejados y pisos bajos.

Una de las mayores tormentas del siglo

Ayer fue uno de los días más tormentosos del siglo en Madrid por lo que a los primeros días de julio respecta. La cantidad de agua caída sobre la capital en las horas diurnas superó con creces a la cantidad de lluvia que cae en promedio durante todo el mes de julio.

Tres intensos episodios tormentosos se sucedieron a lo largo del día, siendo el más espectacular el de la tarde, entre las siete y las ocho según los sitios, ya que la tormenta, aunque muy aparatosa, era relativamente poco extensa y en su desplazamiento de Oeste a Este afectaba sólo a barrios localizados. Esta circunstancia explica la irregularidad de la intensidad de la lluvia, hasta el punto de que ninguno de los observatorios principales de la capital (Ciudad Universitaria, Retiro, Barajas, Cuatro Vientos y Getafe) ha registrado cantidades siquiera parecidas.

Según informaciones procedentes del Centro de Análisis y Predicción del Instituto Nacional de Meteorología, la actividad tormentosa de ayer se debió a la presencia en los altos niveles de la atmósfera de una vaguada de inestabilidad, asociada a una corriente en chorro del Sur. La entrada asociada de aire húmedo atlántico en superficie pudo determinar la formación de los gigantescos cumulonimbos, nubes tormentosas conocidas popularmente como oscuranas, que en estas fechas alcanzan fácilmente altitudes de más de doce kilómetros, con intenso aparato eléctrico y aguaceros súbitos y muy copiosos,

En Madrid, la lluvia media normal en todo el mes de julio es de trece litros por metro cuadrado. Ayer, en sólo doce horas, cayeron en los observatorios de la capital cantidades que oscilaron entre veinte y veintiséis litros por metro cuadrado. Puede, pues, afirmarse que sólo por esas doce horas tormentosas, en Madrid el mes de julio va a ser mucho más lluvioso de lo normal, aunque no llueva ya nada en los veintiocho días que todavía le quedan al mes.

En las doce horas que van desde las ocho de la mañana hasta las ocho de la tarde, Barajas registró veintiséis litros por metro cuadrado, y la Ciudad Universitaria, veinte litros.

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