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La reconversión de FEMSA-Robert Bosch supone una reducción de 1.712 trabajadores

La reducción de plantilla en 1712 trabajadores, de los 7.500 con que cuenta Femsa-Robert Bosch, junto a una moderación salarial en los próximos años y la especial ayuda por parte de la Administración para su cumplimiento -mediante créditos y garantías de mantener la exclusiva de fabricación- son algunos de los aspectos recogidos en la propuesta empresarial para la reconversión del subsector Equipos Eléctricos para la Industria de la Automoción (Femsa-Robert Bosch) que ha sido tomada como base para las negociaciones que en este sentido se están llevando a cabo entre la Administración, las empresas y representantes de CC OO y UGT.La propuesta empresarial de medidas para el saneamiento y reconversión del subsector Equipos Eléctricos para la Industria de la Automoción (Femsa-Robert Bosch) se está negociando entre los representantes de UGT y CC OO, miembros de las empresas y de la Administración, de acuerdo con el decreto paraguas, de reconversión industrial, informa Efe.

La empresa Tudor, dedicada a la fabricación de baterías, no entra en las negociaciones de la reconversión del sector al no encontrarse en situación de crisis. En este sentido, ambas empresas llegaron al acuerdo con el Ministerio de Industria y Energía de mantener sus cuotas en el mercado interior para evitar que la aplicación de las medidas reconversoras de la Administración al grupo Femsa-Robert Bosch, que acoge más del 80% del mercado del subsector industrial, pudieran situar en una posición perjudicial a Tudor.

Estas negociaciones continúan hoy en la sede del Ministerio de Industria y Energía y pueden acabar antes de final de mes, pues se encuentran muy avanzadas.

En las negociaciones para la reconversión de este sector que cuenta entre Femsa y Robert Bosch con 7.500 trabajadores aproximadamente, se ha tomado como base de discusión el plan de reconversión presentado por el grupo empresarial citado.

El plan tiene por objeto la introducción de un programa de productos que en el futuro sean competitivos en el ámbito internacional, la mejora de la tecnología de fabricación, el aumento de productividad a corto plazo y la mejora de la estructura financiera.

Entre las medidas de reorganización destaca la previsión de que las dos empresa lleguen a fusionarse en 1982-1983. Por otra parte, y en lo que se refiere a medidas estrictamente laborales, la propuesta recoge la adaptación de las plantillas a sus necesidades reales. En 1981, Femsa reducirá su plantilla en 783 trabajadores, y en 633 más en 1982. Por su parte, la de RBES, se verá reducida en 140 trabajadores en 1981, 72 trabajadores en 1982 y 84 trabajadores en 1983.

La propuesta empresarial sólo habla de moderación salarial para 1981, 1982 y 1983, sin especificar porcentajes de incremento. No obstante, durante la negociación, CC OO y UGT manifestaron que aceptarían un incremento salarial del 9% para los años 1982 y 1983.

En cuanto a medidas financieras, se recogen ampliaciones de capital escalonadas de 3.000 millones de pesetas, préstamos del grupo Bosch por un importe de 1.250 millones de pesetas con un interés del 8% y que las empresas afectadas asuman el 50% de las indemnizaciones para las bajas. Según las estimaciones, en el caso de Femsa, serían 1.445 millones de pesetas, y de 202 millones en el RBES.

Respecto al papel de la Administración española, se señala un aplazamiento para Femsa de las cuotas de la Seguridad Social por veinticuatro meses cada año (importes acumulados): 1981, 1.600 millones de pesetas; 1982, 3.200 millones de pesetas, y 1983, 1.600 millones de pesetas. Asimismo habría de asumir el 50% de las indemnizaciones para las bajas y la admisión en el Fondo Nacional de Desempleo de las personas que causen baja negociada.

Otras de las propuestas recogidas en el plan se refieren a la autorización de la regulación de jornada, la jubilación anticipada de personal (59 años) en 1981, 1982 y 1983, y la concesión de créditos para inversiones con interés preferente (sin aval, con subvención 8% de interés a partir de 1 de enero de 1981). Los créditos alcanzarían los 4.200 millones de pesetas en el caso de Femsa, y 1.000 en el de RBES.

Finalmente, el informe especifica que este plan «facilitará la continuidad de ambas empresas y exige sacrificios y apoyo por parte de los accionistas y del personal de las dos sociedades. Con la puesta en práctica de las medidas propuestas en este plan», concluye, «ambas empresas lograrían operar con resultados equilibrados a partir de 1983».

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