Hoy, elecciones municipales y regionales en Italia

El senador republicano Giovanni Spadolini, que, salvo sorpresas, se convertirá en el primer jefe de Gobierno no democristiano de Italia en 35 años, espera los resultados del voto del domingo para reanudar las negociaciones sobre programa y estructura del futuro Gabinete.Las últimas horas de la campaña electoral y los llamamientos de los líderes políticos han confirmado que estas elecciones administrativas parciales influirán de forma determinante en el panorama político general.

Entre el domingo y el lunes, cerca de nueve millones de italianos han sido llamados a las urnas para renovar 193 ayuntamientos, dos consejos provinciales y la asamblea regional de Sicilia.

Particular importancia para conocer la tendencia del electorado tendrán los resultados de Sicilia y de las cinco capitales en que se vota: Roma, Génova, Bari, Foggía y Ascoli Piceno.

La isla siciliana ha sido tradicionalmente un feudo democristiano, al igual que Bari, Foggia y Ascoli, mientras que en Roma y Génova son más fuertes los partidos de izquierda.

Pero la batalla electoral ha dejado al margen los problemas municipales para entrar de lleno en el terreno de la confrontación política, con una izquierda al ataque y una Democracia Cristiana a la defensiva.

Comunistas y socialistas esperan que el electorado demuestre las mismas ganas de cambio que el francés, mientras sus respectivos líderes, Berlinguer y Craxi, se disputan el papel de Mitterrand italiano.

Pero el enfrentamiento más duro ha sido el protagonizado por los dos principales partidos del país, el PCI y la DC, los primeros, tomando como punto de referencia Francia, y los segundos, contraatacando con Polonia, en la mayor parte de los mítines preelectorales.

Giovanni Spadolini deberá esperar los resultados de las elecciones antes de discutir sobre el reparto de carteras ministeriales.

Privada de la jefatura del Gobierno, la Democracia Cristiana quiere como compensación prácticamente las tres cuartas partes de los ministerios, y no está dispuesta a ceder ninguno de los importantes.

Estas exigencias son rechazadas por los socialistas, que confían en un éxito electoral para reclamar una sólida representación en el futuro Gabinete.