Una vieja tradición

La asistencia del ministro de Justicia como tal a la procesión del Corpus toledana es una vieja tradición en España, así como la asistencia a la misa en la catedral. Se considera que el ministro asiste en representación del Jefe del Estado. Esta tradición se rompió sólo durante la II República, al establecerse la separación entre la Iglesia y el Estado. El pasado año, los Reyes y sus hijos asistieron al acto desde el balcón del Gobierno Civil, y el entonces ministro de Justicia, Iñigo Cavero, presidió las representaciones oficiales civiles y militares del acto.La procesión del Corpus se celebra todos los años con especial solemnidad en Toledo, ciudad en la que han confluido todas las culturas que han hecho posible la comunidad española. Instituida desde el siglo XIII, en España se empezó a celebrar en 1319 en la ciudad de Barcelona, y desde mediados del siglo XV, en Toledo.

La fiesta empieza en realidad la noche anterior, cuando se desgranan cientos de kilos de hierbas aromáticas -tomillo y romero sobre todo- por !as calles estrechas de la histórica ciudad. Los balcones se adornan con colgaduras, algunas de ellas con inscripciones árabes y judías, mantones de Manila, colchas, manteles y banderas. Por la mañana abre la marcha de la procesión una cruz pesada sobre ruedas, seguida de los estandartes que llevan los niños que hacen la primera comunión y, detrás de ellos, una banda de música. A continuación, los hombres. Hombres de las parroquias, de la Adoración Nocturna, de las congregaciones y una serie de sectores variados: los acólitos de la catedral, la escolanía, los caballeros de la Comunidad Mozárabe, los caballeros del Santo Sepulcro, los infanzones de Illescas y el capítulo del Corpus, todos ellos luciendo uniformes y ropas de vistosos colores.

A continuación figura la custodia barroca de oro, de impresionante belleza, precedida de los diáconos, los sacerdotes, los canónigos y el obispo.