Los sucesos del 23 de febrero han reforzado las convicciones democráticas de los españoles

El intento de golpe de Estado del 23 de febrero ha reforzado las convicciones democráticas de la mayoría de los españoles y su unión en la aceptación común del pluralismo político y de las ideas de libertad y participación. Esta es una de las conclusiones fundamentales del cuarto informe FOESSA, dedicado monográficamente al tema El cambio político en España, que fue presentado ayer, en Madrid, por su director, el sociólogo Juan José Linz.

De acuerdo con las encuestas realizadas por FOESSA a lo largo de los últimos años, en 1978 el 75% de los españoles creía que la democracia era el mejor régimen político para nuestro país; en años siguientes, ese porcentaje descendió un poco, pero la crisis de febrero pasado elevó a más del 80% el número de españoles favorables a la democracia. Estos datos, medidos por las sucesivas encuestas de FOESSA, constituyen la demostración de que el desencanto no ha puesto en duda la legitimidad de las instituciones democráticas.«Enfrentados con la crisis», dice el profesor Linz, «los españoles han demostrado que quieren la pervivencia del sistema democrático». Los problemas radican en que muchos demócratas están insatisfechos por la gestión desarrollada durante esta etapa, sobre todo, en el terreno socioeconómico. La última de las encuestas sitúa en un 40% el porcentaje de los demócratas satisfechos.

Para el profesor Linz, los datos del informe permiten concluir que ni siquiera las personas benevolentes con el régimen franquista añoran aquel sistema -apenas hay un 4% de antidemócratas declarados-, ni tampoco es cierto que exista una identificación entre personas que juzgan positivamente la labor de Franco y supuestos continuadores de sus ideas. Así, sólo el 18% de los que están de acuerdo con Franco son favorables ahora a Blas Piñar.

Una gran parte del informe examina las principales transformaciones operadas en el sistema político español durante la transición.