Jomeini invita a Banisadr a arrepentirse para continuar en la Presidencia de Irán
, El imán Jomeini dijo ayer en su residene la de Teberán que el presidente de la República Islámica de Irán, Abolhassan Banisadr, «aún tiene tiempo de arrepentirse». Jomeini, que ha tomado postura a favor de los fundamentalistas islámicos en su pugna contra el presidente-iraní, dijo en alusión a Banisadr que «esas gentes deben acudir a la radio y la televisión para expresar su arrepentimiento y reconocer que han actuado erróneamente al incitar al pueblo a la rebelión».
Las palabras del guía de la revolución se interpretan como un último esfuerzo de Jomeini por conseguir que Banísadr, elegido jefe, del Estado en 1979 por más del 75 % de los votos, no abandone la Presidencia de la República Islámica, pese a que el imán de los chiitas de Irán decidió la pasada semana la destitución de Banisadr al frente del m ando de las fuerzas armadas de su país, hecho que ha desencadenado una crisis política de consecuencias todavía imprevisibles.Casi sim ultáncamente a estas manifestaciones, difundidas por los medios de, comunicación iraníes, Jomeini recibió a los principales jefes de las tres armas del Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea de Irán, así como al sustituto de Banisadr, general Fallahi, a quienes instó a que «los militares se abstengan de participar en política». Según Jomeini, «la política cumple entre los militares el mismo papel que cumple la heroína en los drogadictos: los destruye completamente». Con esta instrucción, el anciano imán, de ochenta años, parece salir al paso de las especulaciones en, torno a una eventual intervención de las fuerzas armadas iraníes en la solución de los graves problemas políticos por los que el país atraviesa.
El presidente Banisadr, que negó haber cometido actos contrarios a la voluntad del imán Jomeini, reafirmó en un comunicado su lealtad al Islam y atacó a los fundamentalistas islámicos, principalmente al ayatollah Bejesti, al que acusó de set juez y parte en la disputa que les enfrenta. Bejesti, líder máximo del Partido de la República Islámica, decidió la semana pasa.da la prohibición del diario Jamouri Islami, próximo a Banisadr, y de otros seis diarios más de oposición a los fundamentalistas, en calidad de presidente del Tribunal Supremo iraní. Igualmente, Banisadr dijo que en ningún momento había llamado a los iraníes a la revuelta, como el imán Jomeini le imputaba, sino que había hecho un llamamiento a favor de la defensa de la legalidad constitucional, que garantiza, entre otras, la libertad de expresión.
Tiranía en ciernes
Para el presidente Banisadr, los fundamentalistas islámícos preparan désde hace tiempo un proyecto de golpe de Estado escalonado, orientado a arrebatarle la Presidencia y que culminaría con su eliminación física, para instaurar en Irán una «tiranía». Jorneini, por su parte, había dicho que en numerosas ocasiones aconsejó a Banisadr apartarse de los «chacales que le rodean, que incluso podrían llegar a destruirle; pero él no me hizo caso». En esta ocasión, Jomeini aludía, según todos los observadores, al partido marxista islámico de los mujaidines Kalq.
Por otra parte", el parádero actual del presidente Banisadr se mantiene en secreto. Ayer, más de 200.000 hezbollahi, seguidores del denominado Partido de Dios, ultraislámico, se congregaron en actitud de fuerza en la plaza Ferdowsi, de Teherán, para neutralizar una manifestación convocada anteriormente por el partido nacionalista Frente Nacional, bajo el eslogan Contra la represión, claramente orientada a defender la frágil posición política de Banisadr ante los embates de ,sus rivales fundamentalistas. Los fundamentalistas, convirtieron su concentración en una demostración anti Banisadr. Previamente, Jomeini habla calificado dicha manifestación del Frente Nacional corno «blasferna y herética, contraria al Islam».
El domingo, la policía cargó duramente contra los manifestantes que pedían la ejecución de Banisadr. Según fuentes de los integristas islámicos, los disparos de la policía causaron tres muertos y al menos quince heridos.
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