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Fuerte sentimiento de solidaridad árabe en la "cumbre" de Bagdad

La destrucción del reactor nuclear iraquí de Tammuz por la aviación israelí ha servido para hacer brotar en Bagdad un fuerte sentimiento de solidaridad árabe, al menos formalmente. La cumbre árabe de ministros de Asuntos Exteriores, que puso fin a sus sesiones el jueves por la noche en la capital iraquí, ha adoptado una resolución de once puntos en la que, básicamente, se piden sanciones internacionales contra el Estado judío y se insta a la aceleración de los programas nucleares pacíficos de los países árabes.A excepción de Egipto, todos los Estados representados en la conferencia de Bagdad, más la OLP, han conseguido ponerse de acuerdo en varios puntos importantes: presionar en el mundo entero, para que prosiga y se intensifique la cooperación atómica con las naciones árabes, necesidad de poner fin a la guerra entre Irán e Irak y de que las diferencias interárabes se resuelvan rápidamente en el seno del comité ad hoc integrado por Arabia Saudí, Argelia y la Liga Arabe.

La cumbre de Bagdad puede también anotar en su activo la unánime condena de los participantes al apoyo prestado por Estados Unidos a Israel. Los Estados participantes quieren reflejar este consenso en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, al que han pedido sanciones obligatorias contra Israel.

Anoche llegó a Nueva York la comisión ministerial compuesta por Kuwait, Argelia y el secretario general de la Liga, que hablará por los árabes en la ONU.

Pocas son, sin embargo, las posibilidades de que los países árabes consigan del Consejo de Seguridad, reunido esta madrugada en Nueva York, otra cosa que declaraciones.

Moderados y radicales árabes han coincidido en Bagdad en lo fundamental. Según el diario libanés Al Safir, Arabia Saudí ha ofrecido dinero a Irak para que reinicie su programa nuclear. Incluso el coronel Gadafi ha ofrecido solucionar sus disputas con varios países de la zona para hacer frente a Israel. Las relaciones diplomáticas de Libia, por un lado, y Arabia Saudí e Irak, por otro, fueron rotas a iniciativa de estos dos países en octubre pasado.

El conjunto de los medios de información árabes se ha movilizado para exigir algo más que declaraciones. Incluso los periódicos saudíes, como Al Rayd, señalan que «Israel continuará ignorando las condenas árabes e internacionales... Lo que se requiere hoy es una nueva estrategia para hacer frente al sionismo», escribe.

Estados Unidos ha utilizado ya en favor de Israel su voto en la Agencia Internacional de Energía Atómica (AlEA), aunque Washington no tiene capacidad de veto en esta organización, con sede en Viena, integrada por 34 países. La AlEA ha aprobado una resolución en la que se condena el ataque judío contra Tammuz.

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