Banisadr puede dejar la Presidencia iraní en los próximos días
El presidente de la República Islámica de Irán, Abolhassan Banisadr, puede abandonar la jefatura del Estado iraní en los próximos días. Esta es la más importante conclusión que puede extraerse de los últimos acontecimientos políticos registrados en el país, donde el imán Jomeini decidió, el miércoles, destituir a Banisadr del mando supremo de las fuerzas armadas y sustituirle por el general Fallahi, jefe adjunto del Estado Mayor, nombrado por Banisadr hace un año para este cargo.
Jomeini recibió ayer en su residencia de Teherán a los más altos mandos militares iraníes, y decidió luego encomendar el comando conjunto de las fuerzas armadas a Fallahi. A partir de ahora, Jomeini pasará a supervisar directamente todas las cuestiones militares.La decisión de la máxima autoridad islámica de Irán acarrea graves repercusiones políticas, en virtud de que la Presidencia de la República se ve desprovista de uno de los poderes más importantes de los que gozaba. Paralelamente. Banisadr, que es a la vez jefe del Estado, se ha visto despojado también de su poder de veto sobre las leves aprobadas por el Parlamento (Majlis), que el martes votó una ley que fija un plazo de cinco días para exigir que las normas aprobadas por la Cámara sean ineludiblemente firmadas por el presidente o. en caso contrario, entrarán en vigor tras ese período.
La caída en desgracia de Banisadr ha beneficiado sobre todo a los líderes islámicos integristas, cuya cabeza dirigente, el ayatollah, Bejesti, anunció el martes el posible procesamiento del presidente por oponerse a aceptar una ley parlamentaria que le obligaba a otorgar la titularidad de la cartera de Exteriores al primer ministro, Alí Rayai, rival político de Banisadr, y miembro del Partido de la República Islámica.
Ayer, más de mil radicales islámicos se manifestaron delante del domicilio de Banisadr, en Teherán, y pidieron a voces su enjuiciamiento y ejecución. Incidentes similares se reoistraron durante la mañana en un acto fúnebre al que Banisadr había acudido. Los manifestantes acusaban en sus eslóganes a Banisadr de ser «el segundo sha», y exhibieron pancartas en las que calificaban al presidente de aliado de Estados Unidos.
En Teherán se extienden ampliamente los rumores sobre la dimisión del jefe del Estado, mientras Hasemi Rafsanjani, presidente del Parlamento, anunció para la semana próxima una reunión a puerta cerrada de la Cámara, «para tratar los graves problernas por los que el País atraviesa», según dijo él mismo. Se prevé que la reunión tratará sobre el cese del presidente.
En caso de que Banisadr sea destituido corno presidente de la República y jefe del Estado, la Constitución prevé la disolución del Parlamento y la convocatoria de nuevas elecciones. Sus funciones presidenciales serían asumidas, en el interín, por un Consejo Provisional de la Presidencia de la República compuesto por el primer ministro. Rayai el presidente del Parlamento, Rafsanyani y el presidente de la Corte Suprema, Mohamed Bejesti los tres rivales de Banisadr y miembros del PRI fundamentalista islámico.
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