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El Ministerio de Cultura quiere cerrar los colegios Agora y Cardenal Cisneros

El colegio Agora, situado en la calle de Maldonado, 48, dependiente del Ministerio de Cultura y en el que cursan estudios de BUP y COU trescientos alumnos, corre peligro de desaparecer antes de este fin de curso, debido al deseo ministerial de traspasar la titularidad de sus centros docentes al Ministerio de Educación. En este caso, Educación ha rechazado la cesión por lo que sólo queda, según Cultura, la salida del cierre. En parecidas circunstancias se encuentra el colegio universitario Cardenal Cisneros, dependiente del mismo departamento, aunque, en este caso, su clausura no se haría efectiva hasta el próximo curso.Los colegios Agora y Cardenal Cisneros se crearon al mismo tiempo, y en realidad forman un solo complejo. En el Cardenal Cisneros estudian las carreras de Derecho, Ciencas Empresariales, Económicas y Psicología los alumnos que han terminado el COU en el Agora y desean especializarse en estas disciplinas.

Creados por la Secretaría General del Movimiento, sus instalaciones pasaron a propiedad de Cultura cuando aquel organismo desapareció. Desde entonces, el centro funciona sin director, y los padres de alumnos empezaron a sospechar que a alguien no le interesaba su continuidad.

El Ministerio de Educación rehusó el traspaso del colegio Agora, en base a que el centro es deficitario, el local es alquilado y no reúne condiciones óptimas para la enseñanza. Cultura decidió entonces simplemente cerrar el colegio, y así lo comunicó a la Asociación de Padres de Alumnos y al claustro de profesores. Estos últimos denuncian, a su vez, la actitud de inhibición de los altos cargos del Ministerio, que se niegan casi a recibirles y no han contestado a varios de sus requerimientos. Los padres no piden la continuidad del colegio, si ésta no es posible. Su petición se centra sólo en que funcione un año más para dar tiempo durante el próximo curso a buscar otro colegio apropiado para sus hijos. Los padres se han llegado a ofrecer incluso a cargar ellos con el déficit previsible para el próximo año, que en el curso anterior a este alcanzó casi los quince millones de pesetas. Educación argumenta que en los institutos de la zona hay plazas suficientes para acoger a los alumnos del Agora, si el colegio se cierra este curso, afirmación que es desmentida por los padres, que insisten en la saturación de los centros docentes más cercanos.

En cualquier caso, Educación aún no ha autorizado oficialmente al Ministerio de Cultura a clausurar el colegio, y los padres esperan, dado lo adelantado del curso, que se deje para el próximo. En cuanto al Cardenal Cisneros, la situación es la misma para sus casi seiscientos alumnos: si algún organismo oficial, como la Universidad Complutense o la Dirección General de Universidades, no se hace cargo de él, el Ministerio de Cultura está decidido a cerrarlo también.

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