López Portillo apoyará el nuevo "plan Marshall" de Reagan para Centroamérica

El presidente mexicano, José López Portillo, aceptó colaborar con Estados Unidos en el programa de ayuda económica a los países de la zona del Caribe, al término de dos jornadas de conversaciones en Washington con el presidente estadounidense, Ronald Reagan.

«Comprendemos que la paz es el desarrollo», dijo López Portillo comentando su decisión de apoyar con firmeza el nuevo plan Marshall preparado por la Administración Reagan, como estrategia a largo plazo para sacar de la pobreza a los países caribeños y eliminar los factores que facilitan la influencia comunista en la zona.En total EE UU destinará unos 1.500 millones de dólares en los próximos años a programas de desarrollo agrícola, turístico, comunicaciones y pequeña industria para el conjunto de países centroamericanos e islas del mar Caribe. Jamaica será el primer país en recibir unos 69 millones de dólares dentro del programa general de ayuda al desarrollo.

No es la primera vez que EE UU se propone dedicar particular atención a la zona del Caribe. Desde los años sesenta, con la Alianza para el Progreso del presidente John Kennedy, hasta los últimos proyectos del presidente Jimmy Carter, en 1978, el Caribe ha sido un foco de atención para Washington.

Pero la llegada de la nueva Administración Reagan parece estimular el proyecto, con la novedad de querer asociar al mismo a los grandes países del área, México y Venezuela. Sin olvidar a Canadá, dentro de la tesis del presidente Reagan de reforzar los lazos entre vecinos norteamericanos.

López Portillo escuchó «con entusiasmo», según un alto oficial de la Casa Blanca, la exposición del presidente Reagan del plan para el Caribe. No obstante, medios mexicanos precisaron que el futuro plan Marshall caribeño no debe pretender imponer criterios.

Aparentemente las reuniones Reagan-López Portillo no fueron enfriadas por las diferencias de puntos de vista entre ambos estadistas en temas como El Salvador, donde López Portillo critica abiertamente el envío de consejeros militares estadounidenses, o Nicaragua, donde México apoya al régimen sandinista.

Tampoco trascendieron diferencias en torno a Cuba, donde López Portillo mantiene una amistad personal con Fidel Castro, mientras que Ronald Reagan no deja de atacarle como autor del «terrorismo internacional» en Centroamérica.

A cambio del sostén mexicano a la nueva política estadounidense en el Caribe, la Administración Reagan moderará los controles contra la emigración clandestina mexicana hacia Estados Unidos. La creación de una carta de trabajo que considerará como invitados temporales a los emigrantes mexicanos que trabajan en la agricultura californiana deberá limar tensiones en ese problema humano.

Reagan y López Portillo acordaron continuar con carácter regular las entrevistas, además del encuentro del próximo otoño en Cancún (México), donde ambos presidentes coincidirán con otros líderes mundiales de países desarrollados y en vías de desarrollo, para dar un nuevo impulso al denominado diálogo Norte-Sur, destinado a mejorar las relaciones entre países ricos y países pobres.