_
_
_
_

La primavera polaca de 1981 comienza a parecerse a la de Praga de 1968

El Kremlin parecé más preocupado por el proceso de renovación del Partido Obrero Unificado de Polonia (POUP), que por la presión que ejercen desde fuera del poder los sindicalistas y disidentes polacos. Cuarenta días antes de que se inaugure en Varsovia el IX Congreso,del POUP, los medios de comunicación soviéticos formulan en tromba críticas contra la política del tándem gobernante, Kania-Jarucelski, llegando a calificar de «antirrevolucionarias» algunas de sus decisiones.

Más información
Un líder del POUP, elegido delegado al congreso del partido comunista

Entretanto, la Prensa moscovita presta su apoyo al sector duro del POUP. El foro de Katowice -en el que los ortodoxos del partido polaco Contestaron las tesis liberales que deberán ser discutidas en el noveno congreso- ha recibido una buena acogida por los diarios de la URSS.Estos no ocultan las críticas realizadas contra el foro por la inmensa mayoría de, los periódicos polacos, que, según afirmaba el viernes la agencia soviética Tass, son los mismos que «atacaban desde hace tiempo al POUP desde posiciones revisionistas".

Tass ha destacado las líneas más liberales de las tesis expuetas por los duros del foro de Katovice: control y participación obrera, "auténtica y no espectacular" autogestión en las empresas, democratización de la vida pública, reconocimiento de los errores previos, etcétera.

Sin embargo, es difícil creer que los ortodoxos lleguen a restaurar su imagen en los cuarenta días que faltan para el comienzo del IX Congreso del POUP. Indudablemente, los propios dirigentes soviéticos saben bien que -excepto que algo grave suceda mientras tanto- los comunistas polacos terminarán optando por las tesis liberales.

La Prensa soviética ya ha mostrado el punto de vista del Kremlin: esas tesis acaban con el papel rector del partido. Partiendo de situaciones muy diferentes la primavera polaca de 1981 se ha terminado encontrando con la primavera de Praga de 1968.

No obstante, los analistas coinciden en afirmar que hay diferencias de peso entre ambos procesos. El proceso renovador checoslovaco nació desde dentro del propio partido, mientras que en Polonia ha sido fruto de largas luchas sociales que el POUP ha terminado haciendo suyas.

Pesimismo en los ciudadanos soviéticos

En la medida en que la opaca sociedad soviética puede ser objeto de este tipo de observaciones, se cree que el hombre de la calle de la URSS da como inevitable una intervención en Polonia de las fuerzas del Pacto de Varsovia. Sin embargo, en los medios oficiales no se transparenta la misma impresión.En medios diplomáticos y periodísticos occidentales de Moscú se dice que lo más grave se ha producido ya: al Kremlin se le ha ido de las manos el POUP y se duda que el procesó renovador pueda ser revertido antes del noveno congreso. Los más pesimistas recuerdan cómo la intervención en Checoslovaquia de las fuerzas del Pacto de Varsovia se produjo precisamente en vísperas de un congreso de los comunistas checoslovacos.

Desde hace un par de meses -y de forma intermitente- se ha rumoreado en Moscú, la posible celebración de una cumbre de líderes comunistas del este de Europa. Hasta el momento, la cumbre no ha tenido lugar, pero, en cambio, sí que han podido conococerse las duras críticas realizadas contra el proceso polaco por Checoslovaquia, Alemania del Este y Bulgaria. Rumanía no se ha declarado ni a favor ni en contra, mientras los húngaros -que llevan adelante con sigilo sus reformas del sistema económico socialista- han permanecido en completo silencio.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_