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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

¿Legendarios o adictos al té?

Me refiero al reportaje sobre el Torneo de Legendarios Bankunión de tenis, reservado a jugadores mayores de 35 años, publicado en la sección de deportes de EL PAIS de fecha 23 de mayo último y que firma MAC.En mis días de jugador aficionado en activo tuve ocasión de competir con Santana y Gimeno. Entonces, recuerdo, los encuentros se resolvían a base de sangre, sudor y lágrimas. Sin duda, el paso del tiempo introduce nuevos estilos de vida, pero nunca hubiera sospechado que el acto de tea-break -Introducido en el entorno de reuniones de trabajo- llegara a implantarse como sistema para dilucidar victorias en el terreno deportivo.

Siempre pensé que el tenis es un deporte de y para gentlemen, de «golpes impecables y jugadas preciosas» a que alude el redactor citado, propios de tal estado. Pero ahora su reseña lo eleva a cotas cortesanas cuyos triunfos se negocian en ese apacible y relajante clima del tea-break que nos recuerda al afternoon-tea adornado de sandwiches y rica pastelería del hotel Ritz londinense, cuyo público mayoritario está compuesto de engalanadas matronas tocadas de sombreros made in England.

Y así se comprende que Taylor, británico él y, por tanto, reconocido consumidor de la aromática infusión, «aguantando muy bien», se impusiera a Gimeno. ¡Ay, si el encuentro se hubiera decidido por tinto-break! Otro gallo le hubiera cantado a nuestro amigo Taylor. Y que Stolle, de ascendencia inglesa y, por ende, mejor conocedor de la técnica de tea-break, se aprovechara de la lesión de espalda del americano Graebner -lesión debida quizá a un falso movimiento en el momento de alzar la taza de té a sus labios o de extender el brazo para hacerse con un pastelillo-. ¡Ay, si el encuentro se hubiera solventado por coca-cola-break! El gallo cantaría por vez segunda. Y que Emerson -siempre la presencia de la raíz albiona, procreadora del tea-break-, con diez años más de experiencia en estas lides, quien, «pese a su aspecto de hombre mayor, goza de una excelente forma fisica y sus golpes causan estragos, a la vez que levanta al público de los asientos», se impusiera al checo Kodes y rompiese el mito de la flema, educación y saber estar británicos, desplazando de sus asientos las posaderas de las emperifolladas damas. ¡Ay, si el encuentro se hubiera resuelto por Pilsner-break! El canto del gallo surcaría los aires por tercera vez y, como a Pedro, nos trae las lágrimas a los ojos a la vista de tanta justicia negada a los legendarios. ¿Legendarios o adictos al té?Señor redactor de EL PAIS: dejemos a Mrs. Malaprop en el contexto de rivals y a Sheridan reposar en la oscuridad de su tumba y demos al tea-break lo que es del tea-break (té con pastas y sandwiches) y al tie-break lo que es del tie-break (romper el empate o muerte súbita).

Las Rozas (Madrid).

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