Cuatro días de luto en Polonia por la muerte del cardenal Wyszynski

Las autoridades polacas, de acuerdo con los dirigentes eclesiásticos, decretaron ayer cuatro días de luto oficial en toda Polonia por el fallecimiento, en la madrugada del mismo día del cardenal primado, Stefan Wyszynski, de 79 años, quien padecía un cáncer intestinal.

El cardenal, que desde su investidura como primado, en 1948, representó a la tradición y la identidad de la nación polaca, será enterrado el próximo domingo en la catedral de San Juan, en Varsovia, después del oficio de una misa de réquiem multitudinaria en la plaza Victoria, de la capital polaca.Las escenas y mensajes de condolencia se sucedieron ayer en toda Polonia, que ha perdido a uno de sus ciudadanos más insignes del presente siglo. Una multitud se agolpa desde primeras horas de la mañana ante el palacio arzobispal de Varsovia, donde se encuentra expuesto el féretro del cardenal fallecido para rendirle homenaje.

Asimismo, el jefe del Estado, Henryk Jabloriski; el primer ministro, general Wojciech Jaruzelski, y el secretario general del partido comunista (POUP), Stanislaw Kanla, enviaron calurosos pésames, resaltando el carácter de Wyszynski como «pastor eminente y gran patriota que animó a todos los polacos», Los mensajes reiteran el «elevado sentido de civismo» que presidió la actividad del cardenal fallecido. También el presidente norteamericano, Ronald Reagan, escribió un telegrama calificando a Wyszyriski de «gran responsable y gran hijo de la nación polaca».

Por su parte, el Papa envió un mensaje de condolencia desde el hospital Gemelli, de Roma, en el que destacó el papel clave desempeñado por Wyszyriski en la reciente historia polaca, y expresó su «dolor» por el fallecimiento. Juan Pablo II envió su bendición a «todos mis hermanos» de Polonia.

Mientras la jefatura en funciones de la Iglesia católica polaca ha sido asumida por el obispo auxiliar de Varsovia, WIadyslaw Miziolek, han comenzado las conjeturas sobre el sucesor de Wyszyriski. A pesar de su alta formación intelectual, que para algunos significaría un obstáculo, el arzobispo de Cracovia, Franciszek Macharski, antiguo secretario personal de Wojtyla, parece contar con las mayores probabilidades de dirigir el futuro del catolicismo polaco.

Página 3

Editorial en página 10