_
_
_
_

Arabia Saudí presionará a la OPEP para que apruebe una congelación de los precios del petróleo

La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) inicia mañana, lunes, en esta ciudad suiza su 60ª Conferencia Ministerial con el proyectado fin de decidir los precios de sus crudos para el segundo semestre del año. A juzgar por las declaraciones de los ministros de Petróleo, reunidos como es habitual a puerta cerrada en un hotel, es muy posible que los precios no experimenten ninguna variación apreciable en los próximos seis meses, y si el jeque Yamani, de Arabia Saudí, se sale finalmente con la suya, tampoco durante el próximo año.

A sólo unas horas del comienzo de las intensas negociaciones entre los trece ministros asistentes, desarrolladas en un clima de tensión e informalidad, todo indica que la palabra clave de este encuentro va a ser congelación. El todopoderoso ministro de Petróleo de Arabia Saudí, Zaki Yamani, ha insistido a su llegada a esta ciudad suiza que su país no tiene intención de modificar sus precios, que ya son los más bajos del abanico de tarifas de la OPEP, y que su objetivo es negociar una unificación de los mismos.Aunque las palabras de Yamani no ofrecen ninguna novedad, ya que casi calcan a sus escuetas declaraciones públicas durante los dos últimos años, el hombre que con sola una decisión puede producir un cambio copérnico al volátil mercado mundial del petróleo, cuenta esta vez con la baza segura de que la situación de éste le favorece.

Por vez primera desde el inicio de la revolución iraní de 1978, el mercado mundial de crudos atraviesa una situación inusitada de exceso de producción que se traduce en un excedente de oferta diaria de entre dos y tres millones de barriles. Los países productores, englobados o no en la OPEP, batallan entre sí para colocar en el mercado su producción de, petróleo hasta el punto de tener que recurrir a reducciones de su producción antes de rebajar sus precios.

Si hay un responsable inmediato de esta situación -o al menos es lo que piensan los miembros del cártel petrolero más perjudiciales y radicales-, este es el jeque Yamani. En una constante y perseverante actitud, el responsable de la política energética del primer exportador de crudo del mundo occidental ha mantenido la producción de su país dos millones de barriles por encima de sus ocho y medio diarios tradicionales, hasta llegar a controlar casi el 40% de los veinticinco millones de barriles diarios que ha exportado la OPEP durante el primer trimestre de este año.

Esta actitud, unida a su política de precios bajos y al efecto que las elevaciones de precios de los dos últimos años produjeron en el mundo consumidor, está a punto de obtener los resultados que busca: forzar a los miembros más radicales del consorcio a seguir una política coherente en cuestión de precios mediante la vuelta a la unificación de los mismos.

En otros términos, lo que Yamani desea es que el precio del barril del crudo saudí ligero (actualmente situado en 32 dólares) vuelva a ser el precio de referencia de la OPEP, que sobre él se calculen los demás según su calidad y distancia al mercado y que las diferencias máximas entre un crudo ligero del golfo y otro procedente del norte de Africa no superen los cinco dólares, es decir, no más de 37 dólares, en lugar de los 41 dólares actuales que cobran Argelia, Libia o Nigeria.

En fin: lo que Yamani pretende es acabar con una situación que ahoga económicamente a los países consumidores más desarrollados, empobrece aún más a los menos industrializados y perjudica incluso a los productores de crudo, especialmente a los de mayores ingresos, porque la riqueza financiera que acumulan se ve mermada por el relanzamiento de la inflación en los países donde colocan sus ingresos y donde compran sus principales artículos de consumo y de desarrollo industrial.

Los precios ya bajan

Esta vez, Yamani lo tiene más fácil que en otras ocasiones. Por de pronto, su actitud de vender el crudo a 32 dólares, en un momento en que la demanda está contraída en las estancadas economías occidentales, ha producido una baja generalizada de los precios. Esta situación es doblemente cierta en los mercados spot, o de entrega inmediata, que han sido tradicionalmente el regulador del complejo mercado mundial del petróleo.Por vez primera en dos años, el precio del barril del crudo en los mercados libres está por debajo del oficial OPEP, incluso hasta llegar a igualar esos 32 dólares sorprendentes de Arabia Saudí. Por vez primera en muchos años, los países productores anuncian cancelaciones en las primas que tradicionalmente cobraban sobre sus precios. Por primera vez también los países productores tratan de hacer pasar como reducciones de producción los fracasos a la hora de colocar en el mercado un petróleo que no consiguen vender al precio «oficial».

La respuesta de los "duros"

Pese a las facilidades, Yamani va a encontrar una fuerte oposición a sus tesis dentro del cártel petrolero. Prácticamente sólo los países del golfo, grandes productores y con escasas necesidades financieras y desarrollistas que satisfacer, pueden comulgar con sus tesis de mantener bajos o congelados los precios.El resto, de una forma u otra, va a tratar de exponer las cosas de otra manera. El problema del mercado no es de precios, sino de saturación. Por tanto, lo que hay que hacer, según sus teorías, es cerrar el grifo en los pozos y mantener a toda costa los precios y, si es posible, subirlos.

Lo chocante de este argumento es que es falso. Como sucede a la hora de subir la producción, el único país que puede fácilmente bajarla es Arabia Saudí y, hasta cierto punto, sus vecinos del golfo. El resto, sin embargo, no puede hacerlo ni técnicamente ni económicamente, ya que si lo hiciera tardaría meses en restablecer sus anteriores volúmenes de producción y, en cualquier caso, estaría perdiendo diariamente un dinero imprescindible para satisfacer las necesidades financieras de sus compras y deudas en el exterior.

Por eso lo que realmente quieren los países llamados radicales es que Arabia Saudí baje su producción, elimine esos dos millones de crudo que diariamente existen en el mercado y eleve su precio a 36 dólares, cantidad que para muchos miembros de la OPEP es el verdadero precio de referencia que se fijó en el tropical encuentro de Bali (Indonesia) el pasado diciembre.

¿Qué va a suceder en Ginebra? Pues lo más probable es que Arabia Saudí ande muy cerca de conseguir sus objetivos. Pero no del todo, ya que la situación para los productores es todavía soportable para ellos, aunque quizá no por mucho tiempo. La economía norteamericana, después de un primer trimestre de recalentamiento, se ha enfrentado al freno monetario del Sistema Federal de la Reserva y muy posiblemente vuelva a descender sus ritmos de crecimiento. Europa, que a duras penas puede cargar con su déficit exterior, no saldrá del estancamiento hasta dentro de doce meses. Y los dos productores en guerra, Irán e Iraq, se encuentran sustituyendo los Phanton y los tanques por las herramientas, y están reparando a marchas forzadas sus instalaciones y pozos destrozados durante el conflicto. En menos de seis meses, sus producciones tradicionales quedarán restablecidas y el excedente de crudo en el mercado llegará entonces a ser del orden de los seis millones de barriles, a menos que Arabia Saudí lo remedie.

Con todo, un compromiso no es destacable. De ser así, éste vendría por una pequeña elevación de los precios por parte saudí, quizá de uno o dos dólares, y el mantenimiento, con los recortes forzados por el mercado, de los precios más altos del abanico. Es decir, una situación que en lo que respecta al precio medio importado por España, no variaría sustancialmente de la situación presente.

Postura de Kuwait

El actual exceso de producción en el mercado petrolero «es pasajero» y «no va a durar mucho tiempo», afirmó ayer en Ginebra el ministro kuwaití de Petróleo, Alí Khalifa al Sabah.El ministro opinó que el mundo no se halla ante «un cambio radical de las condiciones del mercado del petróleo», tal como sugirió recientemente el Wall Street Journal.

El fenómeno actual de superproducción, agregó el ministro kuwaití, se limita a «una aberración del mercado» previsible ya durante la última reunión celebrada por la Organización de Países Exportadores de Petróleo en Caracas.

Alí Khalifa al Sabah, hizo votos para el logro de un acuerdo de compromiso en esta cumbre ministerial, en beneficio tanto de los países miembros de la OPEP como de las naciones importadoras.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_