Ocho meses encerrado en protesta por la falta de trabajo.
Justo Delgado, albañil en paro, de 42 años de edad, permanece encerrado por su propia voluntad en su casa de la calle de Garci-Nuño, 1, desde hace ocho meses, como forma de llamar la atención sobre su falta de trabajo. En estos meses, sus hijos se han encargado de llevarle comida a diario, y él mismo aprovecha su ocio forzoso para hacer reformas internas en la casa, de su propiedad, y poder ponerla luego a la venta con más posibilidades. Fue también él mismo quien tapió la puerta de entrada desde dentro, aunque dejó la parte inferior de la misma en forma de trampilla, para que al menos su hijo menor, de diez años, pueda entrar de cuando en cuando y aliviar su encierro. Cuenta además con la ayuda moral de sus vecinos, que le ayudan a matar el tiempo hablando con él a través de la ventana.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.