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Tensión en el entierro de uno de los jóvenes muertos en Almería en extrañas circunstancias

Alrededor de 2.000 personas asistieron ayer en la localidad almeriense de Pechina al entierro de Juan Mañas, uno de los tres jóvenes que fallecieron en extrañas y contradictorias circunstancias el pasado domingo en Almería. Aunque en principio la hora señalada para el entierro estaba prevista para las cinco de la tarde, se demoró bastantes minutos más en espera de que llegaran varios compañeros de trabajo del fallecido que se habían trasladado desde Santander para asistir al sepelio. La capilla ardiente estaba insta lada en un almacén cercano a la casa donde viven los padres, y una media hora antes de la fijada se fueron concentrando numerosos grupos de personas que comentaban lo sucedido en un tono de cierta indignación.

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Al llegar los medios informativos, uno de los vecinos comenzó a gritar: «¿Dónde están los que cantan el Cara al sol y dicen ¡Arriba España!?». Momentos más tarde, la madre de Juan, María Morales, se levantaba de donde estaba velando el cuerpo de su hijo, y dirigiéndose a varios periodistas afirmó: «Esto es un crimen, son fascistas y criminales los que han matado a mi hijo, un obrero trabajador bueno y honrado». Al acabar estas frases y en medio de una gran tensión se subió encima de una silla y profirió frases contra la Guardia Civil.Cerca de las seis de la tarde, el féretro era llevado a hombros de los vecinos hasta la iglesia del pueblo, donde se ofició la ceremonia religiosa. Durante todo el trayecto, la única voz que se oyó fue la de la madre, que entre lágrimas repetía una y otra vez frases acusatorias. Terminado el funeral, el féretro, que iba precedido por un furgón fúnebre, fue llevado a hombros hasta el cementerio, situado a unos dos kilómetros. Al llegar a la plaza de la villa, delante del Ayuntamiento se guardó un minuto de silencio. Ya en el, cementerio, la tensión subió enormemente y eran numerosas las personas que gritaban frases relacionadas con el tema. «No todos los guardias civiles son malos», gritaba la madre cuando el ataúd era introducido en el nicho, «pero los que mataron a mi hijo y después le pegaron fuego deberían ser quemados en la plaza del pueblo». Además de estas y otras frases, los congregados profirieron gritos de «Juan, hermano, nosotros no olvidamos», «Viva España», «Viva la libertad». Uno de los asistentes le comentó a una persona que estaba a su lado que «si llega a ganar Tejero nos matan a todos». Alrededor de las siete de la tarde, los congregados se disolvieron pacíficamente.

En relación con la muerte de estos tres jóvenes, la Dirección General de la Guardia Civil ha abierto una investigación.

Una nota oficial hecha pública. por el Ministerio del Interior el pasado domingo afirma que Juan Mañas, Luis Montero y Luis Cobos fueron detenidos el pasado sábado en la localidad almeriense de Roquetas de Mar por fuerzas de la Guardia Civil al sospechar que podrían ser tres terroristas de ETA que habían participado en un reciente atentado ocurrido en Madrid. Después de ser interrogados y «ante sus confusas y contradictorias declaraciones, y comoquiera que uno de ellos carecía totalmente de documentación, había serias dudas sobre la autenticidad de las que portaban los otros y se les hubieran ocupado armas, al haber manifestado que habían pasado la noche en la zona de Gergal, sin precisar sitio, se decidió el traslado a dicha zona».

«La conducción», sigue la nota oficial, «se efectuó con un vehículo de la Guardia Civil en cabeza, seguido de un Ford Fiesta conducido por un guardia civil, acompañado de otro número y los tres detenidos en la parte posterior del vehículo, marchando a continuación otro coche de la Guardia Civil».

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«A la altura del kilómetro 8», siempre según la misma fuente, «de la carretera C-326, los detenidos se abalanzaron sobre los guardias, produciéndose un forcejeo y quedándose el vehículo sin control, del que se arrojaron los dos guardias civiles. Ante tal situacián, los ocupantes de uno de los coches de escolta hicieron fuego contra el Ford Fiesta, que se salió de la carretera, cayendo por un terraplén e incendiándose a continuación, resultando muertos los tres detenidos y heridos los dos guardias civiles».

Esta versión contrasta con la obtenida por EL PAIS en fuentes de la familia, que han manifestado que los tres jóvenes -que se habían dirigido hacia Pechina para asistir a una primera comunión- habían pernoctado en la casa familiar que Juan Mañas tiene en Pechina. Este extremo ha podido ser confirmado porque en la misma están las ropas de los tres fallecidos.

Otras versiones, sin confirmar, apuntan la posibilidad de que los hechos se hubieran producido al saltarse las víctimas un control de carretera establecido por fuerzas de la Guardia Civil.

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