Aplastante victoria de Soares en el congreso socialista portugués

EL 72% de los casi 2.000 compromisarios del IV Congreso del Partido Socialista portugués aprobó la reforma de los estatutos del partido, ampliando y reforzando los poderes del secretario general, Mario Soares.

La aplastante victoria de Soares sobre aquellos que impugnaban su manera de dirigir el partido -ya que no contestaron nunca formalmente su liderazgo- no sorprende.

La relación de fuerzas, decidida desde abril con las elecciones de los delegados, debe confirmarse hoy, con la elección de la comisión nacional de 151 miembros, órgano máximo entre los congresos.

Como resultado de la aplicación, del sistema proporcional, los partidarios de Mario Soares deberán ocupar únos cien puestos. Los restantes corresponderán a la tendencia que tenía la mayoría en la anterior dirección. Con dos excepciones, todos los miembros del secretariado nacional que se vieron envueltos en el conflicto con Soares son candidatos y serán probablemente, elegidos como miembros de la comisión nacional, lo que hace decir a los observadores que, aunque perdiendo una batalla, están muy lejos de haber perdido la guerra, sobre todo si se tiene en cuenta que, disponen de serios y sólidos apoyos en las estructuras militantes y locales del partido.

De todas maneras, Soares ha tenido que oír, en pleno congreso y en presencia de los invitados extranjeros, algunas de las más duras críticas jamás formuladas contra un dirigente de partido: fue incluso llamado «dictador». Si estas críticas irritan a Mario Soares, sin conmoverlo, fue más nítida en los dos primeros días del congreso su preocupación por deshacer toda ambigüedad acerca de sus eventuales tentaciones de alianza hacía la derecha. El homenaje que Soares hizo rendir, por todo el Congreso, al presidente Eanes y al Consejo de la Revolución merecía la primera página de Expresso.