Capital emocional

Sands es más útil al IRA muerto que vivo, se decía en Londres hace algunos días, para subrayar que la organización independentista estaba al menos tan resuelta como la señora Thatcher a no ceder. El Gobierno británico no ha sacado, sin embargo, las consecuencias de este análisis cínico o realista, privando al IRA de un mártir, cuya agonía ha seguido el mundo con horror. Sometida a imperativos contradictorios, la dama de hierro, fiel a su leyenda hasta la caricatura, no quiso ceder nada al IRA para no llevar a los unionistas protestantes los dos tercios de la población, en su propio ciclo de violencia y, al mismo tiempo, evitar una nueva rebelión de los nacionalistas católicos. (...)No parece que la señora Thatcher encare otra cosa que el restablecimiento del orden, contestado por muchos combatientes. Se apoya en la casi unanimidad,de la opinión británica, de la Prensa en su conjunto y, sobre todo, de la oposición laborista. Prácticamente nadie aboga por la menor concesión ni mucho menos por la concesión del estatuto de presos políticos a los que se considera como criminales de derecho común y autores de crímenes odiosos (...)

Bobby Sands habría sido más útil vivo que muerto. Pero su memoria y el reconocimiento de la significación de su sacrificio son graves de un capital emocional que varias veces desde el principio de siglo ha suscitado en el mundo vivas presiones contra Gran Bretaña.

6 de mayo