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Sepelio de las víctimas de los GRAPO

Funeral en Barcelona por los dos guardias civiles asesinados el pasado lunes

En la mañana de ayer tuvo efecto en la capilla del Hospital Militar de Barcelona un funeral córpore in sepulto por los dos guardias civiles asesinados el día anterior. Asistieron unas mil personas. Posteriormente, los restos mortales fueron trasladados a sus localidades de origen, donde fueron enterrados: el sargento Justiniano Fernández, en Serradilla (Cáceres), y el número Francisco Montenegro, en Villanueva de Tapia (Málaga).El funeral tuvo dos presidencias. Una, militar, encabezada por el capitán general de la IV Región Militar, teniente general Ricardo Arozamena y por el general de División Aramburu Topete, director general de la Guardia Civil. Otra era de carácter civil, presidida por Jordi Pujol, delegado general del Gobierno en, Cataluña, Juan José Rovira, y el presidente del Parlamento catalán, Heribert Barrera. Con gran rapidez, el ex presidente de la Generalidad, Josep Tarradellas, se colocó en el segundo banco de autoridades, detrás de Pujol, en un lugar que no le correspondía. También estaban presentes representantes de todos los partidos parlamentarios catalanes.

Un capellán castrense pronunció una homilía, en la que condenó ambos asesinatos, pero evitó formular consideraciones políticas

A la salida del templo, un grupo muy reducido de jóvenes -menos de diez-, así como algunas señoras de edad y un hombre de unos 45 años, empezaron a proferir gritos. En primer lugar fueron vivas a la Guardia Civil y al Ejército, luego gritaron el apellido Tejero y reclamaron la libertad del teniente coronel. También gritaron repetidamente «Franco, Franco». Los gritos fueron coreados como máximo por unas cincuenta personas.

No hubo gritos contra el autogobierno de Cataluña. Sólo en unas pocas ocasiones, las exclamaciones aludieron a la persona de Pujol.

El general Aramburu se dirigió en una ocasión.a quienes gritaban y les reclamó calma. A continuación gritó «¡Viva España!», «¡Viva el Rey! » y «¡Viva la Guardia Civil! ». Estas tres exclamaciones fueron acogidas de forma desigual.

Una unidad de la Guardia Civil, con banda de música, desfiló ante los féretros. Fueron cantados el himno de dicho instituto y una canción fúnebre.

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