El partido gaullista da libertad para votar por Giscard o por Mitterrand
EI Comité Central de la Agrupación por la República (RPR), el partido gaullista dirigido por Jacques Chirac, se manifestó ayer en el mismo sentido que su líder: libertad de voto para el 18% de su electorado el próximo 10 de mayo, día en el que los franceses se pronunciarán por el presidente y candidato Valery Giscard d'Estaing o por el candidato socialista, Francois Mitterrand. Tras la consigna de voto de los comunistas en favor de Mitterrand y el «sí, pero» de los gaullistas, el horizonte giscardiano se nubla. A once días del escrutinio presidencial, el candidato socialista y su gente contienen el optimismo, mientras el giscardismo se preocupa seriamente. Ayer, el Comité Central del partido gaullista reunió cerca de cuatrocientos cuadros del partido para examinar las posibilidades de voto el próximo día 10.
Los parlamentarios, en gran mayoría, se inclinan en favor de Giscard, pero muchos dirigentes de la base, sin decirlo, hacen pensar en que les tienta la política de «tierra quemada», Y esto, porque una fracción de los militantes y electores estaría dispuesta a «acabar» con el giscardismo. Una cosa es cierta y significativa: los gaullistas no harán campana por el presidente y candidato. Anteanoche, por añadidura, el presidente del grupo parlamentario de la RPR, Claude Labbe, se pronunció con igual firmeza «contra el marxismo» y «contra el balance del septenato» giscardiano, y añadió: «De ninguna manera estamos dispuestos a iniciar otro septenato caótico. De ser así, censuraríamos al Gobierno». Todos los datos anteriores acreditarían una hipótesis que tampoco favorece el «voto total» del chiraquismo por Giscard.La hipótesis es la siguiente: si Mitterrand fuese elegido, inmediatamente disolvería la Asamblea Nacional, con el fin de «encontrar» una mayoría de izquierdas, ya que le sería imposible gobernar con la actual de derechas El fracaso de Giscard apartaría a este último de la escena política y Chirac se convertiría en el jefe de la oposición y, consecuentemente, presidente potencial en el caso de un fallo de la gestión de un Gobierno de izquierdas. Aunque electoralmente no son muy representativos, varios personajes gaullistas se han pronunciado durante las últimas horas en favor de Mitterrand, los antiguos ministros Leo Hamon y Philippe Dechartre, el coronel Passy (gaullista de la época de la liberación), siguen al candidato socialista. El ex candidato ultragaullista Michel Debré advierte a su medio millón de electores sobre el «riesgo de una victoria de Mitterrand», pero no cita para nada a Giscard. Esta ola de antigiscardismo, por parte de una de las fracciones de la mayoría gobernante, en un momento tan decisivo como lo es la elección presidencial, es nueva en la V República.Por todo lo expuesto, el campo giscardiano se inquieta. Los socialistas, por el contrario, empiezan a creer que Mitterrand tiene más posibilidades que nunca de convertirse en presidente de la República.
Los dos grandes sindicatos franceses han invitado oficialmente a votar por el candidato socialista: la Confederación General de los Trabajadores (CGT), de tendencia comunista, así como el PCF, están por Mitterrand sin condiciones, pero con reservas (ministros comunistas). La Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT), autogestionaria, como la FNE de enseñanza, se pronuncian sin reticencia alguna por Mitterrand. Los demás sindicatos se declaran «apolíticos».
Los dos candidatos ya han reiniciado sus mítines y los franceses esperan que ambos lleguen a un acuerdo para celebrar el debate televisado que constituiría el punto álgido de esta campaña que, a la postre, está resultando más apasionada de lo que se había previsto. Mitterrand sólo acepta un «mano a mano» en la TV, y no dos, como propone Giscard, y frente a cuatro periodistas elegidos por ambos. De momento, no hay acuerdo.
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