El PSOE denuncia el escaso desarrollo de la aviación civil en España
Las enseñanzas aeronáuticas y el desarrollo de la aviación civil en España no disponen de los elementos humanos necesarios e infrautilizan el material disponible. Estas son las dos conclusiones fundamentales de un informe que la Comisión Parlamentaria de Transportes del Grupo Socialista del Congreso ha elaborado sobre aviación civil, y en particular sobre la actividad de la Escuela Nacional de Aeronáutica, único centro facultado para expedir títulos a los pilotos comerciales. Esta situación favorece el éxodo de futuros pilotos españoles a centros de formación norteamericanos.
El Grupo Socialista del Congreso ha elaborado un informe sobre el desarrollo de la aviación civil y la capacitación profesional de los pilotos comerciales, en el que hace responsable a la Administración civil de la infrautilización de las instalaciones existentes y del desorden que se produce en la formación y titulación de los responsables del manejo de los aviones.El informe se remonta al origen de la formación de los pilotos comerciales españoles y finaliza con un escueto chequeo de la Escuela Nacional de Aeronáutica (ENA), único centro que en la actualidad expide los títulos.
Desde 1955 hasta 1968, los pilotos civiles procedían de los centros de información militar, Academia General del Aire, Escala de Complemento o Milicia Aérea Universitaria. A partir de 1968 se redujo la fuente militar, pero la inexistencia de escuelas proporcionó a los aspirantes un nuevo sistema de acceso a la profesión: acumular horas de vuelo y, para los pilotos comerciales de primera clase, aprobar la calificación IFR-H24 (vuelo por instrumentos).
Los aeroclubs, entonces, comenzaron a certificar horas de vuelo y a actuar como escuelas profesionales de dudosa competencia. A partir de ese momento, la Subsecretaría de Aviación Civil, aún dependiente del Ministerio del Aire, intentó medidas correctoras que no convencieron.
Ante esta situación se organizó un sistema de formación de pilotos que trató de captar universitarios. El proyecto, denominado Promoción Aérea Universitaria (PAU), no llegó nunca a funcionar, aunque se construyeron instalaciones en Cuatro Vientos, Burgos y Lugo, y se encargaron aviones Messerchmitt.
Inmediatamente después se formó una escuela de transformación en el aeropuerto de San Pablo (Sevilla), que funcionó con aviones del Ejército del Aire y profesores de la Escuela de Polimotores durante un año, transcurrido el cual desapareció.
Entre 1971 y 1973 no hubo programas ni exámenes. Las protestas de los aspirantes y pilotos favoreció la creación, en 1974, de la Escuela Nacional de Aeronáutica (ENA), en Matacán (Salamanca), dependiente de la Subsecretaría de Aviación Civil. La Escuela de Polimotores se hizo cargo de las primeras promociones.
Exodo de aspirantes
Para la ENA se convocaron 36 plazas de alumnos oficiales y se estableció un proceso de funcionamiento que, según decreto, tendrá dos fases: transitoria y definitiva, que entrará en vigor el próximo año, y posibilitará la formación de cincuenta alumnos, con un aumento del profesorado, material de vuelo y mantenimiento.La ENA proporcionará a Aviación Civil 72 pilotos comerciales de primera en cuatro años (1978-198 l). Para esta producción, la escuela dispone de 48 profesores y material de mantenimiento y 47 aviones. La inversión prevista desde 1976 hasta 1980 en instalaciones asciende a 857 millones de pesetas e incluye apartados que -según el informe- denotan despilfarro, tales como la construcción de una torre de control de cien millones (había instalada una), una residencia de profesores, alumnos y subalternos de 125 millones (personal que puede vivir en residencias o colegios mayores) y un edificio contra incendios de treinta millones (ya estaba instalado).
Con una inversión prevista y unos medios materiales y humanos como los apuntados -dice el informe-, la escuela es incapaz de pasar a la fase definitiva, y durante el tiempo comprendido hasta 1980 sólo han salido de la escuela 36 pilotos civiles.
Respecto al profesorado, el informe critica que las plazas de profesores no numerarios y ayudantes sean cubiertas por alféreces de complemento, lo que considera que es «una irresponsabilidad, porque éstos no tienen la menor experiencia en aviación civil».
Por lo que respecta al material, el informe considera que la escuela utiliza elementos caros de precio y de mantenimiento, fundamentalmente porque supuestos los 250 días lectivos al año, el uso por avión y día es de 1,275 horas por día y avión.
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