Incidentes en Navarra protagonizados por algunos militares

El presidente de la Diputación Foral de Navarra, Juan Manuel Arza, se ha entrevistado con el gobernador militar de la provincia, general Joaquín Ruiz de Oña, con el objeto de exponerle algunos incidentes aislados protagonizados por efectivos militares desplazados a la montaña de Navarra, dentro del plan del Gobierno para impermeabilizar la zona fronteriza. Un suboficial del Ejército ha sido relevado de su puesto y por parte de la autoridad militar se ha iniciado una investigación oficial para aclarar los hechos.

El pasado día 12, un suboficial del Ejército destinado en el alto de Urquiaga, protagonizó diversos incidentes con clientes en dos bares de Fugui y Zubiri, respectivamente, por lo que ha sido relevado de su puesto. En Eugui, en el mesón Quinto Real, el mencionado suboofial, que ostenta el grado de brigada, profirió en voz alta varías frases provocativas, mientras se encontraba en compañía de cinco soldados, que, en opinión de testigos presenciales, observaron un comportamiento correcto, tratando de convencer al brigada de que se retirara hasta el acuartelanniento.Según algunos testigos, el suboficial gritó en voz alta: "Hay que matar a todos los menores de 35 años", lo que motivó que algunos clientes abandonaran el mesón ante la osibilidad de que pudieran originarse incidentes. El mismo brigada se dirigió después hasta Zubiri en un camión militar, acompañado de cinco soldados, penetrando en el bar Baserri, en donde algunos clientes han indicado que presentaba evidentes síntomas de embriaguez.

En el bar Baserri, el citado suboficial ordenó a los soldados que cubrieran la entrada y los servicios, con las armas listas para disparar, y durante algunos minutos no permitió que ninguna persona entrara o saliera del establecimiento. En esta situación, y mientras paseaba por el bar con una consumición en la mano gritó varias veces : "Tranquilos. No tenemos miedo a los terroristas. Los terroristas son una mierda". Después de este incidente, el suboficial y los soldados abandonaron el bar. Tres días después se presentó en este establecimiento un capitán, que pidió excusas al propietario en nombre del Ejército y tomó declaración de lo ocurrido. Tanto en Eugui como en Zubiri, varias personas han sido llamadas al Gobierno Militar de Navarra, para prestar declaración en relación con estos hechos.

De otro lado, el día 13, una patrulla de las Compañías de Operaciones Especiales (COE) que tiene su campamento operativo en el puerto de Otxondo, en el valle de Baztán, penetró de forma violenta en el señorío de Bértiz, una gran finca de veinticuatro kilómetros cuadrados de extensión, que se encuentra tutelada por la Diputación Foral de Navarra. y, forzando una de las ventanas, entraron en una caseta en la que habitualmente se encuentran los guardas forestales. Allí, colocaron contra la pared a uno de los vigilantes, José Ramón Arregui Almanso, a quien cachearon y solicitaron la documentación, sobre un radio-transmisor, habitualmente conectado con los servicios forestales de la Diputación Foral de Navarra, en Pamplona.

Algunos miembros de las COE, según ha explicado el guarda, senalaron que su actuación «era por culpa de los etarras» y abandonaron la zona después de comprobar que el radioteléfono era del servicio de montes de la Diputación Foral de Navarra. Sin embargo, y según el testimonio del guarda, los soldados rompieron una ventana de su coche, un Seat 127 con el objeto de registrar su interior.

Hablar en eusquera

El guarda José Ramón Arregui comunicó el hecho a la Dirección de Montes, desde donde se elaboró un informe que fue entregado al presidente de la Diputación Foral de Navarra. Por su parte, el diario Eguin ha indicado que el pasado día 19 un brigada penetró en la Venta de Castro, en las proximidades del valle de Baztán, y amenazó a varias personas que estaban hablando en eusquera, indicándoles que «al que hable en vasco le pego dos tiros».El alcalde del valle de Baztán, Timoteo Plaza Mendiburu (PNV), indicó a EL PAÍS que había tenido constancia de los hechos ocurridos en el valle, así como de otros dos incidentes todavía no suficientemente aclarados, como la muerte de un número indeterminado de ovejas, y la de un caballo, por un disparo en la cabeza. Estos dos hechos no han sido comprobados por lo que la junta general del valle de Baztán que estudió el tema en su última sesión, fuera del orden del día, no tomó ningún acuerdo al respecto.