Severiano Ballesteros tal vez abandone el circuito europeo

El nombre de Severiano Ballesteros, actual campeón, corre de boca en boca en el Club Puerta de Hierro, de Madrid, como gran ausente del Open de Madrid, primera prueba del Circuito Europeo. Se le recuerda no sólo por no estar presente para defender el título, sino por su evidente enfrentamiento con la Federación Española y, sobre todo, con la ETPD (European Tournament Players Division), como consecuencia de que ésta decidió suprimir las primas de salida a las principales figuras europeas.

Severiano Ballesteros se encuentra en estos momentos en Japón, donde los premios son bastante más sustanciosos. Aparte ya de la gran popularidad de que goza allí el jugador español, en Madrid, mientras tanto, existe cierto malestar por la ausencia del santanderino, pese a que la organización le dio el oportuno permiso para acudir a Japón, motivo por el que la ETPD no puede tomar ninguna medida contra el español, que sí participará, en cambio, en el Open de Francia.El enfrentamiento de Ballesteros con la ETPD surgió como consecuencia de que mientras los europeos no perciben canon de salida, sí lo hacen los norteamericanos, lo que considera una discriminación que no está dispuesto a aceptar. No es la primera vez que las grandes figuras se enfrentan con los organismos, y no sólo en España, sino en el mundo entero, hay claros ejemplos. Los campeones, una vez que están en condiciones de ser ellos los que ponen las condiciones, dejan ver claramente que no están dispues

tos a consentir las continuas cacicadas que hacen gala dichos organismos.

Es evidente que la medida acerca del fijo de salida puede perjudicar notablemente al circuito europeo, y as! no es sólo la ausencia de Ballesteros la que se deja notar en el Open de Madrid, sino la de grandes figuras, como es el caso de Sandy Lyle, ganador de la Orden del Mérito en 1980; el australiano Greg Norman o el británico Nick Faldo, que actualmente disputa el circuito profesional de Estados Unidos. Todos, en este caso con Ballesteros a la cabeza, no tendrían mucho inconveniente en desvincularse del tour europeo si se mantienen las medidas dictadas por la ETPD, teniendo en cuenta que su prestigio les permite gozar de una gran reputación en Estados Unidos y Japón, donde se les acoge incondicionalmente, y además estos circuitos están mejor dotados económicamente.

Ballesteros, quizá en estos momentos el número uno del deporte español a nivel internacional,

asimló perfectamente sus éxitos a nivel deportivo, pero ha tenido serios problemas, primero con los organismos oficiales, y después, con los medios de comunicación lo que en cierto modo está íntimamente unido. Su medio válido para ofrecer información es la PGA española, que fue pionera de este tipo de asociación en este país.

En más de una ocasión, el supercampeón santanderino dio muestras de su disconformidad con el trato que el golf, no él, tiene en los medios de comunicación en España, lo que le ha llevado incluso a censurar injustamente al fútbol, culpándole de acaparar todos los espacios deportivos de uno y otro medio. Ballesteros se ha autocolocado en una difícil situación al no aceptar que una figura de su categoría y de su popularidad no tiene más remedio que rendir tributo a la Prensa.