Mujer herida por disparo de un centinela

Una mujer de 56 años, Donata Barrera, que transitaba por los alrededores de la Capitanía General de Canarias, en Santa Cruz de Tenerife, fue alcanzada por una bala perdida que se le escapó fortuitamente del subfusil de vigilancia a un centinela del edificio militar. La accidentada fue atendida inmediatamente en un centro quirúrgico, al que fue trasladada en taxi.

«Su estado de salud es estacionario; las heridas no presentan ningún peligro, informaron a EL PAIS en la clínica en que convalece. Un juez instructor militar ha sido designado para que investigue las causas que rodean el caso y determine las posibles negligencias cometidas.

Fuentes de la citada Capitanía indicaron a este periódico que lo ocurrido fue producto del azar. «El demonio está en cualquier sitio, y esta vez quiso jugárnosla con este desgraciado incidente», señaló el general Pedro Ravinas. Según su versión, el centinela realizaba su guardia habitual cuando, de forma involuntaria, su subfusil fue a tropezar por el culatín con un coche estacionado próximo a la acera por donde discurría el vigilante. En el interior de la recámara del arma había una bala, aunque la misma, reglamentariamente, debe permanecer vacía. Eso fue lo que provocó la ráfaga, que el vigilante intentó desviar hacia el suelo para evitar mayores peligros. Dos automóviles situados en las cercanías recibieron tres y dos impactos de bala. Las esquirlas de una de ellas fueron a inscrutarse en el cráneo de Donata Barrera y le produjeron algunas heridas de cierta consideración. «Ella comentó primero con su marido si lo que escuchaban eran detonaciones. Cuando su esposo intentaba contradecirla fue alcanzada por los fragmentos de plomo y gritó que la habían matado», comentó un familiar de la herida.