Con las vacaciones al fondo
Ha terminado la semana bursátil con unas sesiones de corte incierto, en las que lo único que quedó bien patente fueron los deseos de los inversores por iniciar las vacaciones.La negociación en los corros se vió sustancialmente disminuida, y los cambios experimentaron discretas oscilaciones, mezclándose las mejoras con los descensos prácticamente sin solución de continuidad.
En la Bolsa madrileña el sector bancario defraudó a sus incondicionales al ofrecer unas repeticiones lineales y resultar el Santander el único valor que aportó un comportamiento digno de mención. Las casi 300.000 acciones a la compra que arrojaban los saldos del banco montañés constituyen un aval más que suficiente de las previsiones de nuevas mejoras en el valor que avanzaban los especialistas. Por el contrario, a sus compañeros de grupo les bastaron unas actuaciones vendedoras tardías de inversores, institucionales para que se viesen forzados a reconsiderar sus apetencias de mejorar sus cambios y se aplicasen, con una prudencia no exenta de cierto temor, a consolidar sus precios de días anteriores.
En el grupo eléctrico se dieron cesiones en FECSA e Iberduero. Estas bajas, que no fueron excesivamente importantes, constituyeron un precedente preocupante. La empresa eléctrica catalana había luchado y había conseguido, a lo largo de bastantes sesiones, mantener su cotización por encima del 59%, quedando un tanto al margen de las tensiones en el sector. En Iberduero parece consolidarse las posiciones de dinero en torno al 53%-54%.
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