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Desacuerdo en la primera ronda de negociaciones entre el Gobierno polaco y Solidaridad

La primera reunión entre representantes del Gobierno polaco y del sindicato libre Solidaridad terminó ayer en Varsovia «sin ningún resultado», según el principal consejero de los obreros, Tadeusz Mazowiecki. La reunión duró unas dos horas y está prevista su reanudación hoy. El objeto de estas conversaciones es evitar una nueva oleada de huelgas, la primera de las cuales se produciría mañana durante cuatro horas.

Antes del inicio de las conversaciones, presididas por el presidente de Solidaridad, Lech Walesa, y el viceprimer ministro, Mieczyslaw Rakowski, las posiciones de ambas partes parecían irreconciliables.Alrededor de 1.500 personas esperaron a la delegación de Solidaridad a la entrada del Consejo, gritando a Walesa cuando éste descendió del automóvil: «Mantente firme, Lech».

Los obreros presentaron una lista de quince puntos, destacando cinco reivindicaciones. El esclarecimiento de los sucesos de Bydgoszcz, con la depuración del viceprimer ministro, Stanislaw Mach, dos vicegobernadores de esta ciudad, así como el fiscal y el jefe de la milicia. En segundo lugar, solicitan la legalización del sindicato Solidaridad Rural. El libre acceso de los sindicatos libres a los medios de comunicación y el cese de la campaña de desprestigio oficial. Revocación del decreto «antihuelga» promulgado el pasado mes de febrero y, finalmente, el fin de la persecución a los activistas políticos de la oposición Jacek Kuron y Adam Michnik, del Comité de Autodefensa Obrera (KOR) y militantes del partido (ilegal) Confederación de la Polonia Independiente de Lech Modzulski, actualmente encarcelado.

Por su parte, el primer secretario del Partido Obrero Unificado Polaco (POUP, comunista), Stanislaw Kania, se dirigió el pasado martes a una asamblea de campesinos, encuadrados en organizaciones oficiales, dirigiendo críticas directas a Solidaridad.

«Estamos a favor del desarrollo de. la democracia socialista», dijo Kania, «pero también estarnos inequívocamente en contra de la anarquía. En la situación de crisis económica y política como la que conocemos hoy, proclamar huelgas no se comprende sino como un llamamiento a la autodestrucción» (de los sindicatos libres).

Esta sensación de enfrentamiento produce una angustia en la población, que ha comenzado a acaparar los escasos alimentos que se encuentran en las tiendas, y mientras continúan las maniobras del Pacto de Varsovia (Soyuz 81) en suelo polaco, sin que la sociedad haya tenido ninguna explicación del porqué se prolongaron estos ejercicios.

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Ante la eventualidad de la huelga general o la proclamación del Estado de excepción, los sindicatos libres regionales (MKZ) están trasladando sus oficinas a las fábricas, adornadas con la bandera nacional (roja y blanca) y grandes letreros con el nombre de Solidarnosc (Solidaridad).

En algunas ciudades la actividad es febril, y se han instalado improvisados equipos de megafonía, como en Kattowice, para mantener informada a la población.

Asimismo, algunos almacenes de alimentación han sido tomados literalmente al asalto, y enormes colas se forman en otros. En Gdansk, el gobernador ordenó ayer el racionamiento de numerosos productos, mientras en Varsovia se denota una especial carestía de productos en las tiendas. Ayer no había pan, vinagre y sobres de sopa. En varias regiones, la venta de alcohol está prohibida, incluso en hoteles. para extranjeros.

A pesar de todo, en algunos puntos del país hay síntomas de distensión entre las autoridades y los obreros, como en Koszalin, donde el MKZ y el gobernador han prometido informar recíprocamente de las medidas que cada uno de ellos pudiera emprender, a fin de evitar el desencadenamiento de un conflicto abierto.

En la población, el optimismo se refleja en el deseo de que la moderación de Walesa y del general Jaruzelski eviten un enfrentamiento.

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