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La Junta de Jefes de Estado Mayor, alertada de una posible ofensiva "etarra" contra el Ejército

La Junta de Jefes de Estado Mayor, reunida ayer con carácter extraordinario, se encuentra alertada ante una posible escalada terrorista contra miembros e instalaciones de las Fuerzas Armadas, ofensiva que se habría iniciado el pasado jueves con el atentado en Bilbao contra el teniente coronel Romeo Rotaeche. El ministro de Defensa y la Junta de Jefes de Estado Mayor se reunieron para cambiar impresiones sobre «lo que puede ser el comienzo de una nueva ofensiva de ETA contra miembros e instalaciones de las Fuerzas Armadas», según una nota oficial difundida ayer en la que se pone también de manifiesto que algunos indicios apuntan que «las tensiones internas de ETA podrían haberse resuelto a favor de la línea dura».

La Junta de Jefes de Estado Mayor, primer eslabón de la cadena del mando militar conjunto, ha acordado extremar las medidas de seguridad y protección, tanto en lo que se refiere a personas como a instalaciones militares, en previsión de sucesivos atentados de ETA Militar. Ayer viajó a Bilbao el jefe del Estado Mayor del Ejército para interesarse personalmente por el estado del teniente coronel Romeo.A media tarde había desaparecido prácticamente toda esperanza de recuperación del teniente coronel Romeo Rotaeche, gravísimamente herido la vísper a en un atentado terrorista. La fuerte complexión del herido había posibilitado la recuperación de las constantes vitales, tras el paro cardiaco producido el mismo jueves por la tarde; pero las impresiones eran totalmente pesimistas desde media mañana, en que se le consideraba «clínicamente muerto», cuando acudió al centro médico el presidente de U CD y ex ministro de Defensa, Agustín Rodríguez Sahagún, informa desde Bilbao Patxo Unzueta.

Rodríguez Sahagún, que llegó a la clínica acompañado por varios dirigentes de la UCD del País Vasco , fue recibido por los gobernadores civil y militar. Todos ellos conversaron con los familiares del teniente coronel Romeo, trasladándose posteriormente a la basílica de Begoña, a cuyas puertas se había producido el atentado terrorista y donde el líder centrista oró por espacio de unos minutos. El presidente de UCD, que tenía prevista desde hace semanas una reunión con los dirigentes de su partido en el País Vasco, realizó unas breves declaraciones a la salida de la clínica, en las que requirió la «colaboración de todas las instituciones y fuerzas políticas del País Vasco, para, con el apoyo de todos los ciudadanos, aislar definitivamente al terrorismo y quebrar los intentos de ETA de acabar con el derecho a la paz y a la libertad que tenemos todos los españoles». EL PAIS supo que la ejecutiva de UCD del País Vasco estudiaba ayer, en Bilbao, la posibilidad de convocar una manifestación en apoyo a las Fuerzas Armadas y los cuerpos de seguridad del Estado.

Poco antes de las dos de la tarde llegaban el delegado del Gobierno Marcelino Oreja, y su esposa. Para entonces se conocía ya el resultado negativo del encefalograma practicado pocos minutos antes al herido y que confirmaba el estado de coma neurológico profundo, diagnosticado a última hora del jueves. El representante del Gobierno central conversó durante unos minutos con los familiares del teniente coronel y los médicos que le atienden. El herido se encontraba en la unidad de vigilancia intensiva, al cuidado permanente de dos médicos y una enfermera especializada en reanimación.

Pasadas las siete de la tarde, llegaba a la clínica de la Virgen Blanca el teniente general Gabeiras, jefe del Estado Mayor del Ejército. Le acompañaban el capitán general de la VI Región Militar, teniente general Luis Polanco Mejorada -quien ya el viernes había visitado al herido, horas después del atentado-; el general jefe del Estado Mayor de la Capitanía, y el gobernador militar de Vizcaya.

En el vestíbulo del centro sanitario fue recibido por el gobernador civil de Vizcaya, José Izarra del Corral, y otras autoridades civiles y militares, con quienes pasó a saludar a los familiares del militar herido. El teniente coronel Legarza, amigo de la familia, le dijo: «Mi general, esto es muy duro porque el teniente coronel Romeo es doblement e hermano: por ser mi amigo íntimo, y de todos nosotros, compañero». El teniente general Gabeiras permaneció por espacio de quince minutos junto al compañero herido en la UVI.

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