Jomeini fiscalizará las rivalidades entre los dirigentes iraníes
El imán Jomeini anuncíó ayer que una comisión investigará las divergencias entre los dirigentes iraníes, cuyas constantes disputas políticas inestabilizan la situación política en la República Islámica de Irán. Si la comisión considera que uno de estos dirigentes ha cometido un delito, será denunciado ante el pueblo y perseguido por la justicia.
En un mensaje radiotelevisado a todo el país, el imán Jomeini dijo que la comisión quedará compuesta por tres miembros, un representante del presidente Abolhassan Banisadr, otro del grupo fundamentalista que rivaliza con el presidente y que no ha sido designado y el propio Jomeini. La comisión se regirá por mayoría entre sus tres miembros.El ayatollah Jomeini reunió ayer en su residencia de Teherán al presidente Banisadr y a los líderes del Partido de la República lslámica (PRI), en un intento de poner fin a las agrias disputas que han mantenido en las últimas semanas. El presidente iraní, Abolhassan Banisadr, ha sido denunciado por el Partido de la República Islámica de abuso de poder, y es posible que si prospera la denuncia, deba comparecer ante el Tribunal Supremo.
A la reunión asistieron el primer ministro, Mohamed Alí Rayai; el presidente del Tribunal Supremo, ayatollah Bejesti; el presidente del Parlamento, Hashemi Rafsanjani, y el fiscal general de Irán, ayatollah Ardebili, todos ellos destacados miembros del PRI.
La agencia Pars informó que la reunión estudió «la actual situación en el país», pero pese a la vaga definición se cree que Jomeini intentó poner fin a la lucha que separa a los dos principales centros de poder iraníes y se ha convertido en la crisis interna más grave que ha padecido el país desde que hace dos años fue derrocado el sha.
En un momento de extrema delicadeza por la, guerra con Irak, los observadores opinan que sólo la influencia del ayatollah Jomeini podrá poner fin a esta crisis, agravada el domingo cuando Banisadr retó a sus tres principales oponentes a un debate televisivo, que, de realizarse, expondría al público las graves diferencias existentes en la clase política del país.
Las acusaciones contra el presidente iraní se refieren a un acto multitudinario en la Universidad de Teherán el pasado 5 de marzo, convocado para conmemorar el aniversario de la muerte del primer ministro nacionalista Mosadegh. Según la acusación, Banisadr ordenó a su guardia personal la detención de unas cuarenta personas que intentaban boicotear su discurso.
Las detenciones del 5 de marzo, desmentidas por Banisadr, dieron pie a que el primer ministro acusase al presidente de «crear un Gobierno paralelo que intenta asumir las funciones del verdadero», y a que los restantes miembros del PRI pidiesen públicamente el procesamiento del jefe del Estado.
De otra parte, por tercera vez en los últimos diez días, los iraquies lanzaron ayer varios misiles de fabricación soviética contra la ciudad de Dezful, importante nudo de comunicaciones y sede de la más Importante guarnición militar iraní en la provincia de Juzestán.
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