Importantes intereses económicos en la zona del desierto
El desarrollo económico, así como la propia estabilidad y seguridad de Mauritania, se ven directamente amenazados por la guerra del Sahara,y fue precisamente este trasfondo el que impulsó la firma del acuerdo, el 5 de agosto de 1979 en Argel, con el Frente Polisario, así como la creación de un Gobierno civil, el pasado diciembre.Importantes intereses se encuentran encerrados en el apenas poblado triángulo desértico al norte del paralelo 33, empezando por la mina de hierro de Zuerat (objetivo de ataques polisarios durante las hostilidades). Asimismo, Mauritania se empeña fuertemente en proteger Nuadhibu, estación terminal del ferrocarril procedente de la mina, de la que salen entre ocho y nueve millones de toneladas,al año.
En Nuadhibu, capital económica del país está la sede de la Sociedad Nacional Industrial y Minera (con capital árabe), así como de las sociedades de pesca no sólo mauritanas, sino francesas, portuguesas y mixtas (con Rumanía, Corca del Norte, Japón, Libia y la URSS), que prevén instalar unidades congeladoras con una capacidad de 165.750 toneladas por año. Asimismo, en esta ciudad está instalada una refinería de petróleo, a punto de ser inaugurada.
Y, a pesar de la proximidad del campo de batalla, la compañía francesa Minatom acaba de iniciar prospecciones en btisca de uranio en la región. Investigaciones preliminares fueron ya realizadas por esta misma empresa durante el período 1975-1979, mientras Mauritania se encontraba en guerra con el Frente. Polisario. La proximidad del Sahara occidental y la polémica en torno a los «derechos marroquíes» podrían frenar las inversiones en el preciso instante en que se inicia la explotación de las riquezas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.