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Amplio despliegue policial en el entierro del comisario asesinado por ETAm

Después de un acto religioso que dirigió el vicario de pastoral de la diócesis, los restos mortales del comisario José Luis de Raimundo Noya, asesinado en Bilbao el jueves, pasado, fueron inhumados ayer en el panteón familiar del cementerio de Valladolid. Al entierro asistieron todas las autoridades civiles y militares de la provincia, quienes estuvieron protegidos durante todo el tiempo que duró la ceremonia por funcionarios del Cuerpo General de Policía y fuerzas de la Policía Nacional, desplegadas en el recinto mortuorio.

El furgón que contenía el cuerpo del comisario de policía José Luis de Raimundo Noya llegó a Valladolid la noche del viernes, dirigiéndose a la Jefatura Superior de Policía, donde fue instalada la capilla ardiente.Poco antes de que se iniciase el acto religioso, numerosas personas se encontraban en los alrededores del edificio de la Jefatura Superior de Policía. Entre ellas se podían observar algunos conocidos militantes de la ultraderecha.

La entrada a la Jefatura Superior de Policía para asistir al funeral por el alma del policía asesinado fue restringida y sólo se permitió la asistencia de los familiares, autoridades y compañeros del cuerpo. Tras el breve acto religioso, en el que el oficiante pidió que «la sangre derramada produzca frutos de paz y convivencia», deseando que esta muerte trágica sea la última, se procedió a la conducción del cadáver al cementerio. Allí se encontraba también un grupo de conocidos ultraderechistas.

Por otra parte, el escritor Gregorio San Juan, secretario de Cultura del PSOE de Vizcaya, publicó ayer en la Prensa bilbaína un epitafio en memoria del comisario José Luis de Raimundo, asesinado el jueves por ETA Militar. En él confirma la trayectoria liberal y democrática del policía asesinado y sus simpatías por el partido socialista, informa nuestro corresponsal en Bilbao, Patxo Unzueta.

«Conocí a José Luis en 1947, cuando ambos iniciamos nuestros estudios de derecho en la Universidad de Valladolid», escribe San Juan, «y desde entonces han pasado muchos años de entrañable amistad, de preocupaciones profesionales y políticas compartidas». Por ello, «creo poder asegurar que nadie como yo ha tenido acceso a su intimidad, y puedo decir públicamente que José Luis votó al PSOE en todas las elecciones que se han celebrado desde 1977».

Por lo demás, «José Luis de Raimundo fue un demócrata, uno de los hombres cuya pureza de convicciones era más firme y consistente, y nunca tuvo un gesto de complacencia con el franquismo». Esa fue la causa de que «pese a su preparación cultural y profesional, no ascendiera nunca» y de que «se negase siempre a entrar en la brigada político-social que dirigía José Sairiz».

«Hombre de una gran formación humanística, de una profunda preocupación intelectual, José Luis de Raimundo», escribe también San Juan, «vegetó por inspecciones de guardia a causa de su independencia, sin doblegarse nunca al mando, desviviéndose por ayudar a la gente en sus problemas, ajeno a toda idea de medro, a todo favoritismo».

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