Respuesta a López Amor

La Federación Española de Atletismo se siente realmente abrumada al observar el impacto que en el director general de Deporte, señor López-Amor, ha producido la nota dada por la misma en relación con los presupuestos. Nunca pudo pensar que una persona tan prudente y respetuosa como el señor López-Amor perdiera tanto el control en sus actos públicos como para ajustad mejor la proporción sedades y mentiras e incurrir en inexactitudes tan graves como las que aquí nos obligan a rectificarle.Decir que el señor López-Amor ha tratado de controlar gastos generales, pensando en la RFEA para ajustar mejor la proporción entre participantes y acompañantes en casos como el de Grenoble es una frase gratuita, diríamos que de contenido demagógico, y sin el apoyo de datos ciertos y reales.

A Grenoble fueron doce atletas; un jefe de misión que era el vicepresidente de la RFEA doctor Piñero, que a la vez fue como médico; un jefe de equipo, Carlos Gil, seis entrenadores y un masajista. El señor López-Amor debía saber que fueron velocistas, vallistas, mediofondistas, saltadores de longitud, altura, pértiga y dos chicas, una especialista en vallas y otra en medio fondo, y que con tanta complejidad de pruebas es necesario, al igual que hacen otras federaciones europeas, llevar entrenadores de diversas especialidades. En cuanto a que también asistió el presidente de la RFEA, suponemos que nadie encontrará extraño que a un Campeonato de Europa, al que asisten todos los presidentes de los países representados, asista también el de España, máxime cuando ello no lo paga el presupuesto nacional.

No nos gusta que se personalice en el presidente la nota dada por la RFEA. Qué duda cabe que el presidente respalda y representa en las resoluciones de la Federación, pero afortunadamente no es absolutista en los acuerdos, como no lo fue tampoco en este caso, pues para ello existe un competente gabinete de Prensa en la RFEA. Claro está que no es cierto que la RFEA se haya enterado sólo por la Prensa del presupuesto, pero sí es cierto que la primera información la tuvo por la Televisión y por las agencias informativas, ya que la notificación oficial llegó más tarde, seguramente porque el coche del señor López-Amor que la traía, no corre lo suficiente.

Insistimos en que no ha habido un aumento que suponga un 11% en el presupuesto de la RFEA; el aumento verdadero ha sido un 1%. Lo recibido en 1980 fueron 278.930.033 pesetas; lo recibido en 1981 será 281.745.000 pesetas.

Cierto que las federaciones no solamente le dieron un voto de confianza al Consejo de Deportes; esa confianza la tienen siempre, lo que no implica que cuando el resultado no se ajuste a las previsiones lógicas sea discutible en términos constructivos, como siempre hacemos.

Que la Federación, y con ella su presidente, cuida y le da la debida importancia a la docencia y preparación de sus técnicos, lo demuestra que en el año 1980 se han realizado siete cursos. Estos son datos y no palabras.

No es cierto, observen que no decimos que es mentira, que desde 1976 a 1980 se hayan dado a la deración 464 millones para instalaciones, Sencillamente se le han construido siete pistas de material sintético, de las doce que el Consejo aseguró que estarían terminadas al 31 de diciembre de 1978, y todavía quedan cinco por hacer.

En lo que sí somos apasionados es en defender a nuestros atletas; los términos comparativos no nos gustan, pero si nos obligan a utilizarlos tampoco nos importa, porque nuestros valientes muchachos saldrían con un balance muy positivo. Las medallas que han traído en los últimos años ahí están. ¿Qué les hemos dado a cambio? Ni siquiera una expresión de gratitud por parte del señor director de Deportes, como ha ocurrido en el caso reciente de Grenoble. Desde luego, de dinero, ni la mitad de lo que debe ganar el señor director general. Lo cierto es que la RFEA ha hecho y hará cuanto esté en su mano en todo lo que represente mejorar a sus atletas, y una vez más repetimos, que con más razón, cuando los ingresos y la dotación para el deporte, lejos de estar congelada, ha aumentado y aumenta tan sensiblemente, como saben todos los que los viernes echan una quiniela al buzón. Si el fondo aumenta, ¿por qué congelar los débitos?