El Barcelona ha preparado los 100 millones del rescate
El Barcelona tiene preparados en Bankunión los cien millones de pesetas exigidos por los secuestradores del jugador azulgrana Enrique Castro Quini. La directiva del club catalán está dispuesta a pagar esta cantidad, postura que hasta el momento chocaba frontalmente con la adoptada por las autoridades policiales, que prefieren la no realización del pago porque ello supondría un peligroso precedente.
Tres días después del secuestro del actual pichichi del campeonato de la Primera División del fútbol español, la situación a nivel oficial se mantiene en un estado de prudente sigilo. Los portavoces autorizados, tanto del club azulgrana como de la policía y el Gobierno Civil, guardan un completo silencio.Al parecer, han sido al menos dos llamadas telefónicas las que han supuesto el punto de contacto de los secuestradores con el domicilio de Quini, por un lado, y con el propio presidente azulgrana, José Luis Núñez, a quien no abandona en ningún instante su vicepresidente Joan Gaspart. En el ánimo de todos ellos, así como las referencias que se obtienen de diversas fuentes, se señala como un hecho casi seguro que el secuestro de Quini lo ha llevado a cabo un grupo de personas buenos conocedores de este tipo de situaciones, previsiblemente con reminiscencias suramericanas, y más concretamente argentinas -se especula con que dos hombres y una mujer-. Sin embargo, también cabe la posibilidad de que esta información se haya filtrado intencionadamente y que los secuestradores, en realidad, sean novatos. Muestra de esto pueden ser las llamadas a un teléfono que se sabía previamente intervenido.
Podría alargarse
A última hora de la noche de ayer, además de conocerse un infructuoso despliegue policial por la zona del Bajo Llobregat, la impresión generalizada era de que el «caso Quini» podría alargarse. Sería una repetición del secuestro del industrial Serra Santamans, directivo del Club de Tenis Barcelona, retenido durante mes y medio.
El club azulgrana está dispuesto a pagar. En Bankunión están preparados los cien millones de pesetas exigidos, y se asegura que los presuntos secuestradores pretenden cobrar en divisas y en territorio francés. La actitud de la directiva azulgrana -«daríamos hasta el Camp Nou si fuera preciso»-, ha señalado Casaus, contrasta con la posición policial y del Gobierno Civil, en permanente contacto con instancias superiores del Estado español.
A mediodía de ayer, Núñez y Gaspart mantuvieron una reunión en el Gobierno Civil de Barcelona con su titular, José Coderch, aunque no se facilitó comunicado oficial alguno. Sin embargo, todo hace indicar que los dirigentes azulgranas expusieron su deseo de acceder a las pretensiones de los secuestradores, aunque la decisión oficial definitiva aún no se conocía. EL PAIS pudo averiguar también que la policía trabaja sobre una pista que, se afirma, es sólida y en la propia Barcelona, aunque obviamente sobre este y otros puntos se guardan también las mayores reservas.
Mientras, las entradas y salidas de personas relacionadas con el fútbol, en particular, y del deporte, en general, no cesan en el domicilio de Quini, ante la mirada expectante de unas doscientas personas que suelen mantenerse delante del edificio número 50 de la Gran Vía de Carlos III. Mientras, la moral de la familia Castro, y más en especial su esposa, Mari Nieves, parece decrecer por momentos.
Hacia las dos de la tarde, y cuando llegaron los jugadores Simonssen, Artola y Olmo, se decidió que sería aconsejable espaciar el número de visitas. En ese momento sólo subió Olmo al domicilio de Quini, mientras Simonssen y Artola aguardaban abajo. Según señaló el portavoz azulgrana, Nicolau Casaus, «el estado de Mari Nieves es lastimoso. Está llegando al límite de sus fuerzas ante tanta inquietud. No, de verdad que no se han tenido contactos de ningún tipo». Uno de los médicos del Barcelona, el doctor Bestit, intentó llevar a la mujer de Quini a algún centro sanitario, pero ésta se opuso, en un principio, aunque al final sufrió una lipotimia y fue trasladada a otro domicilio para evitarle más tensiones. Su estado, sin embargo, no era, ni mucho menos, preocupante.
Núñez, Gaspart y Casaus comieron en un restaurante a escasos metros del domicilio de Quini. Resultó significativo constatar cómo a la vuelta Casaus se mostraba algo optimista, mientras afirmaba que pronto darían una nota. Tras conversarcon Núñez y Gaspart, que ya habían mantenido la entrevista citada anteriormente con el gobernador civil, Casaus se limitó a señalar minutos después que «seguimos sin noticias concretas. Aún no sabemos nada». A última hora de la noche José Coderch quiso agradecer la colaboración prestada por los ciudadanos y reiteró su llamamiento. Informó que hoy se realizarán controles en puntos estratégicos de la ciudad, para lo que ya están en Barcelona mil funcionarios más de policía.
Castro, hermano de Quíní, hizo también ayer un llamamiento público a través de televisión, entre sollozos, pidiendo su liberación.
Mientras tanto, siguen recibiéndose también infinidad de telegramas y adhesiones de toda España. El doctor Cabeza, presidente del Atlético de Madrid, se interesó telefónicamente por la situación de Quini, y reiteró que el Atlético está dispuesto a hacer lo que se decida oficialmente. Desde Gijón, una mujer que perdió a su hijo de nueve años en 1970, tras nueve meses de sufrir una enfermedad cancerosa, ha escrito una nota pública a los secuestradores de Quini, en la que recuerda la categoría humana del jugador, que todos los días iba a visitar a su hijo enfermo al acabar el entrenamiento. Un obrero sevillano actualmente en paro ha ofrecido las 100.000 pesetas que tiene ahorradas para ayudar a la liberación del jugador.
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