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"Alto el fuego" de ETApm

Seis años como organización autónoma

ETApm nació como organización autónoma a finales de 1974, tras la escisión producida poco después del atentado de la calle del Correo, de Madrid. Un año antes, un comando de ETA había hecho volar por los aires el coche del almirante Carrero Blanco, a la sazón presidente del Gobierno y doble irrepetible del caudillo, dando paso al Gabinete Arias Navarro y su espíritu del 12 de febrero. La acelerada evaporación de tal espíritu, más la revolución de los claveles en Portugal, parecen abrir perspectivas esperanzadoras para los partidos de la oposición, que por entonces comienzan a salir de las catacumbas. Aunque de manera peculiar, sectores de ETA comienzan a ser sensibles a esas perspectivas, planteándose la posibilidad de separar de alguna manera la actividad armada de la estrictamente política, a fin de no llegar con retraso a la nueva fase que apunta.Es primero el frente obrero de ETA quien, a la vista de fa imposibilidad de desarrollar su actividad específica de agitación sindical desde una organización sometida a continuas caídas por efecto del activismo militar, opta por separarse del tronco común, dando origen a LAIA.

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Posturas encontradas

La polémica suscitada por este sector prosigue, sin embargo, en la organización. Por una parte están los que desde años antes, y por oposición a los milis puros, se habían inspirado en los tupamaros y el ERP argentino para desarrollar un tipo de activismo que intentaba, de manera más o menos voluntarista, unir la acción armada con reivindicaciones concretas de los trabajadores: raptos de industriales con empresas en huelga, etcétera. Por otra, los nuevos milis, entre los que pronto destacaría Argala, que propugnan una separación más radical entre lo militar y lo político, mostrándose partidarios de la creación de organismos paralelos, no conectados con la estructura de activistas armados, para las tareas sindicales, de propaganda, etcétera.Las caídas en cadena producidas tras el atentado de la calle del Correo confirmarían a este último sector en su planteamiento, forzando una escisión de la que resultarían las dos siglas que han diferenciado, desde finales de 1974, a ambas ramas de ETA.

Los acontecimientos de los dos años siguientes, y en particular las movilizaciones de 19 75, para salvar la vida de los últimos condenados a muerte del franquismo, y la posterior desaparición del fundador de la dictadura, producirían una evolución de ambas ramas que, curiosamente, haría aparecer a los poli-milis, a mediados de 1976, como los adalides del desdoblamiento de las estructuras política y militar. Eduardo Morero Bergaretxe, Pertur, que desaparecería en circunstancias todavía no aclaradas, a finales de julio de 1976, sería el encargado de teorizar la nueva línea en una ponencia que fue aprobada ese mismo verano por la VII Asamblea de ETApm.

En sus resoluciones puede leerse que, «ante la imposibilidad de llevar a cabo desde una organización que simultanea la práctica de la lucha de masas y la de la lucha armada» las tareas de una dirección que debe enfrentarse a «nuevas condiciones», se impone «el desdoblamiento de estas dos funciones en dos estructuras organizativas diferenciadas. En consecuencia, decide potenciar, junto a otros sectores de la izquierda abertzale, la creación de un instrumento político, un partido revolucionario de la clase obrera vasca, que sea capaz de ejercer esa dirección política. ETA se mantendrá como organización revolucionaria cuyo único campo de intervención sea la lucha armada. Esta lucha armada habrá de practicarse dentro de una concepción político-militar. ETA será totalmente independiente, desde el punto de vista organizativo del partido». Ese partido, oficialmente constituido en abril de 1977, sería ElA, columna vertebral de la coalición Euskadiko Ezkerra.

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Para la VII Asamblea, «la lucha armada ha de ir en todo momento en función del nivel y desarrollo general de la lucha de masas, a la que en esta fase debe corresponder la iniciativa fundamental». Su papel debe ser «garantizar las conquistas populares» y «actuar como fuerza de disuasión frente a las agresiones».

Negociaciones rotas

Tres meses después de la creación de EIA, en vísperas ya de las elecciones del 15 de junio, dirigentes de ETApm negocian con personalidades que hablan en nombre del Gobierno español una tregua. Tales negociaciones se verían rotas a raíz de la muerte, en un encuentro con la policía, de dos militantes de la organización en Itxaso (Guipúzcoa). Paralelamente, un sector minoritario, contrario a las negociaciones, se escinde en junio, formando el grupo Berezi, cuya primera acción es el secuestro y asesinato del industrial Ibarra, y que acabaría fusionándose con ETA Militar.

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