Allibar
uno de los caballos favoritos del príncipe Carlos de Inglaterra, falleció ayer durante un corto galope matutino con su propietario, en Lambourn (Berkshire). Habían galopado algo menos de dos kilómetros cuando, repentinamente, el caballo, de once años de edad, dobló las rodillas. El príncipe Carlos bajó de la montura rápidamente, y Allibar se derrumbó víctima de un ataque cardíaco o de una hemorragia. Carlos se había ya abrazado al cuello de su animal en un gesto de pena.
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