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Tres nuevos monumentos histórico-artísticos para Madrid

Tres nuevos edificios madrileños han entrado ya en la vía legal necesaria para ser declarados monumentos histórico-artísticos, lo que implica que, al menos teóricamente, deben ser conservados en su estado actual y pesa sobre ellos la absoluta prohibición de realizar obras sin permiso de la Dirección General del Patrimonio Artístico. Son la estación de ferrocarril de Delicias, la llamada Casa de las Flores, en Argüelles, y la iglesia de San Manuel y San Benito, en la calle de Alcalá.

La resolución ha sido dictada por la dirección general, y por ahora se trata sólo del primer paso: la incoación de expediente para, una vez tramitado y ultimado éste, proceder formalmente a su declaración monumental.El destino final de la estación de Delicias no podrá ser ya, por tanto, objeto de rumores, como lo fue en todos estos años atrás, desde que dejó de prestar servicio, en 1969, y fue cerrada definitivamente, en 1971. Inaugurada en 1880 por Alfonso XII, era la cabecera de línea de los trenes que se dirigían a Extremadura y Portugal, y fue la segunda de las tres grandes estaciones madrileñas en construirse, después de la de Atocha, y antes de la de Norte.

Es obra del arquitecto francés Emilio Caheliesne, discípulo de Eiffel, en cuyo taller se fundió la cubierta de la estación. Tal vez por esto en la tradición popular está extendida la idea de que fue directamente el gran maestro su autor.

Alfonso Alvarez Mora, coordinador del servicio histórico del Colegio de Arquitectos, la considera de un gran valor arquitectónico, y uno de los mejores exponentes de la arquitectura de últimos del siglo pasado denominada de hierro y cristal, aunque eso no obsta para reconocer que sus valores artísticos son inferiores a los de Atocha y Príncipe Pío. Concebida como cabecera de líneas ferroviarias de menor importancia, tanto en número de viajeros como de mercancías, fue también la primera en dejar de prestar servicio. Hace casi tres años, Renfe presentó un plan urbanístico por el que cedería al Ayuntamiento de Madrid más de veintisiete hectáreas -el 60% de los terrenos comprendidos por las tres estaciones- a cambio de su derribo y posterior construcción de viviendas en las zonas restantes. La oposición ciudadana y del entonces alcalde, José Luis Alvarez, desecharon el proyecto. La estación de Delicias será la futura sede del Museo del Ferrocarril y del de la Ciencia y la Técnica.

A su vez, la Casa de las Flores ocupa toda una manzana, delimitada por las calles Hilarión Eslava, Rodríguez San Pedro, Gaztambide y Meléndez Valdés. Construida en la década de los treinta, su autor fue uno de los arquitectos más importantes de Madrid, Secundino Zuazo, artífice también del primitivo proyecto de los Nuevos Ministerios -luego tan desvirtuado- y coautor, junto a un arquitecto alemán, del proyecto de extensión de la ciudad por su lado Norte. Alfonso Alvarez Mora cifra su valor arquitectónico como uno de los mejores exponentes de las manzanas de ensanche, formadas por un solo edificio con un gran patio interior que no tiene por objeto exclusivamente el de suministrar luz natural, sino que el espacio central se configura como un jardincillo de uso público.

Por último, la iglesia de San Manuel y San Benito, en la calle de Alcalá, esquina a Lagasca, sorprende a los madrileños con su cúpula de mármol, así cómo gran parte de la decoración de sus fachadas. Obra del arquitecto Arbós, construida a finales del siglo pasado, en opinión del citado arquitecto constituye un ejemplo de la influencia de la escuela de Viena de los últimos del siglo XIX.

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