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La huelga del Metro apenas influyó en el tráfico

La huelga del Metro llevada a cabo ayer por la mayor parte de los 5.500 trabajadores de la compañía no llegó a colapsar el tráfico de la capital, aunque se dejó sentir, en especial, en la carretera de Extremadura y en la zona norte de Madrid, en donde, además, tuvieron una fuerte incidencia los efectos de la nevada caída durante la noche. En el interior del casco urbano sólo se registraron retenciones en algunos puntos céntricos a primeras horas de la tarde, y en vías como la M-30, que ayer fue utilizada por más conductores que otros días. En general, las congestiones de tráfico fueron ligeramente superiores a las habituales todos los viernes. La demanda de transporte, durante las horas en las que no funcionó el Metro, hizo, por otra parte, que algunas líneas, como la circular, se vieran desbordadas por el número de viajeros.

La aplicación del decreto de servicios mínimos acordada por el Ministerio de Transportes palió, en una gran medida, las consecuencias de la huelga del Metro.Todas las líneas funcionaron con normalidad desde las seis hasta las diez de la mañana, y desde las cinco de la tarde hasta las nueve de la noche. A pesar de las protestas de algunos trabajadores, no se dejó ningún convoy sin encerrar, lo que hizo que, efectivamente, el servicio durara en algunas líneas hasta las 10.30 y las 21.30 horas.

Durante la mañana se pudo observar que, excepto en algunos momentos, los trenes circularon con menos viajeros que otros días, lo que permitió un ligero incremento en la circulación de los convoyes.

Una media hora antes de que terminara el servicio, en algunas estaciones se permitió a los viajeros entrar sin billete, con el fin de que no se formaran colas y se pudieran así tomar los últimos trenes.

En el puesto de mando de la Compañía Metropolitano informaron que la única novedad habida durante la mañana fue un corte de fluido eléctrico que paralizó el servicio entre las estaciones de Núñez de Balboa y Quintana desde las 5.55 a las 6.05 horas.

Reforzadas diecinueve líneas de la EMT

A partir de las diez de la mañana, los autobuses se convirtieron en el principal sistema de transporte urbano. Tanto conductores como inspectores, manifestaron que ya desde primeras horas se había notado un incremento de viajeros.La dirección de la EMT había solicitado a los trabajadores que voluntariamente hicieran horas extras con el fin de poder reforzar algunas líneas durante todo el día. A lo largo de la mañana de ayer, diecinueve líneas, cuyo recorrido coincide parcial o totalmente con las líneas del Metro, recibieron más vehículos. A pesar de ello, algunas, como la circular, sufrieron una demanda superior a la prevista, por lo que los autobuses iban a tope durante la práctica totalidad del recorrido. Esto impedía a los conductores detenerse en las paradas intermedias de la línea, lo que provocaba largas colas de viajeros a la espera de un autobús semivacío.

Según informaron fuentes de la Empresa Municipal de transportes, el número de vehículos utilizado para reforzar el servicio se situó entre los setenta y los ochenta autobuses.

Mientras se intentaba normalizar la situación en la calle, los trabajadores de la Compañía Metropolitano se reunieron en asamblea en las cocheras de la plaza de Castilla.

El comité de huelga informó del desarrollo del servicio, en el que, por la mañana, trabajaron unos setecientos empleados del departamento de movimiento, aparte de técnicos y administrativos. Durante la tarde, el número de trabajadores que tuvo que atender el servicio se elevó a mil.

Circulación lenta en la carretera de Extremadura

Fuentes de la Guardia Civil de Tráfico informaron que los principales puntos en donde se habían producido retenciones de tráfico fueron las entradas a la capital por las carreteras de Burgos, Barcelona y Extremadura.En las dos primeras, la causa principal de la menor fluidez de tráfico fueron las nevadas caídas durante la noche, que hicieron descender la velocidad de circulación. En la de Extremadura, la lenta circulación se achacó al aumento de personas que, ante la imposibilidad de regresar a sus casas en Metro, decidieron utilizar sus vehículos privados. A media tarde, esta carretera fue escenario de nuevas retenciones, a pesar de haberse incrementado el número de patrullas de la Guardia Civil.

Las caravanas en estas carreteras se produjeron principalmente entre las ocho y las nueve de la mañana. El miedo a los efectos de la nevada hizo, sin embargo, que la decisión de utilizar el vehículo privado no se generalizara.

La baja velocidad a la que hubo que circular hizo, por otra parte que los escolares tuvieran que esperar mucho más tiempo del habitual a los autobuses en los que normalmente se trasladan a los colegios.

La mala situación del firme no fue, sin embargo, causa de accidentes importantes, según informaron fuentes de la Policía Municipal y de la Guardia Civil de Tráfico,

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