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13 litros por metro cuadrado de agua y nieve terminaron con la sequía más larga del siglo

Los trece litros por metro cuadrado de agua y nieve caldos en Madrid y su provincia a lo largo de toda la madrugada y de todo el día de ayer han supuesto el final de una larga sequía de 89 días, que se inició poco después de que escampasen las últimas lluvias caídas el 12 de noviembre y que ha sido causa de graves problemas económicos en la provincia. No obstante, aun cuando las previsiones son optimistas para los próximos días, sería necesario que continuase lloviendo durante ocho o diez días para que se normalizara plenamente la situación.

Descontados el 12 de enero, en que cayó una ligera nevada sobre Madrid (algo más de un litro y medio por metro cuadrado, que no es significativo) y el 4 de febrero en que cayeron cuatro gotas en algunas partes de la ciudad, Madrid y su provincia han tenido en conjunto el invierno más seco en lo que va de siglo, con el mes de diciembre menos lluvioso y con el mes de enero situado en tercera posición. El hecho se había convertido en rigurosamente insólito.Madrid dio ayer la máxima en cuanto a litros caídos por metro cuadrado, si bien su situación, en cuanto a la sequía, no es tan desesperada como Extremadura, Andalucía occidental o el levante español, donde, paradójicamente, las lluvias fueron menos frecuentes.

La lluvia se inició tímidamente a primera hora de la mañana del lunes, si bien fueron solamente unas gotas. Ya por la noche comenzó a llover débilmente, pero de forma casi continuada, hasta que la máxima intensidad se alcanzó poco después del mediodía de ayer, en que la visibilidad era prácticamente nula a causa de la fuerte nevada que caía sobre la ciudad y sus alrededores. Al menos tres accidentes aparatosos se produjeron en Madrid, en el día de ayer, como se informa en esta misma página.

La nevada duró cerca de una hora y media y, a pesar de su intensidad, no llegó a cuajar, excepto en los parques, jardines y descampados de la ciudad, además de en los coches aparcados, debido a las lluvias continuadas que habían caído con anterioridad y al intenso tráfico rodado. En algunas zonas de la ciudad, la altura de la nieve alcanzó cerca de diez centímetros aunque desapareció a las pocas horas, habida cuenta del rápido cambio de temperatura.

La lluvia y la nieve caídas ponen fin a un prolongado período de sequía, cuyos efectos se estaban dejando notar desde hace ya algunas semanas. En concreto, corría serio peligro el césped de la Casa de Campo, pues se temía que este año no rebrotara, debido a las llamadas heladas negras (heladas sin escarcha). Los daños en agricultura, ganadería y forestación, aunque no están evaluados en su conjunto, suponen varios centenares de miIlones de pesetas en pérdidas. No obstante, según señalaron expertos meteorólogos, es necesario que siga lloviendo durante ocho o diez días para que se normalice plenamente la situación provocada por la sequía.

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