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El partido comunista se opondrá radicalmente a Calvo Sotelo, tanto en el Parlamento como en la calle

El Grupo Parlamentario Comunista votará en contra de la investidura de Leopoldo Calvo Sotelo, actual vicepresidente económico en funciones, y propuesto por el rey don Juan Carlos para sustituir al presidente Suárez. Esta conclusión de los comunistas, que hay que añadirla a la ya adelantada por Santiago Carrillo a EL PAIS nada más conocerse la dimisión de Suárez, fue adoptada ayer por el Comité Central del partido, compuesto por casi 160 personas, y que prolongó su reunión de ayer en Madrid por espacio de varias horas. El PCE avanza ya que su oposición será radical al Gobiemo de UCD, «tanto en el Parlamento como en la calle».Al término de la citada reunión, el Partido Comunista de España (PCE) emitió un comunicado que insistía en lo aprobado ya en su día por el Comité Ejecutivo: «Votaremos en contra de la investidura del señor Calvo Sotelo, por considerarla negativa para los intereses de las masas populares, y por considerar que no va a dar solución a los grandes problemas que tiene que afrontar el país en estos momentos, es decir, la crisis económica y el paro, la lucha contra el terrorismo, el desarrollo de las autonomías y la democratización del aparato del Estado». Precisamente este último punto -el de la democratización- es la única aportación de este nuevo comunicado. En los anteriores, se citaban sólo los tres problemas anteriores.

«Dada la gravedad de estos conflictos», sigue diciendo la nota oficial del PCE, «solamente un Gobierno de amplia base parlamentaria, que cuente con la participación de la izquierda, tendría la fuerza suficiente para abordarlos, con soluciones democráticas y de progreso».

Gobierno de progreso

Este Gobierno de progreso es para los comunistas la alianza de UCD con el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) -lo que garantizaría la presencia de la izquierda en el Ejecutivo-, con un programa de gobierno pactado, un programa de progreso en cuya elaboración participaría el PCE, al menos en sus puntos fundamentales. Los comunistas no han negociado ni solicitado la posibilidad de obtener carteras ministeriales en ese hipotético Gobierno de coalición.Respectó a su actuación con el Gobierno que forme Leopoldo Calvo Sotelo -presumiblemente monocolor-, el PCE vaticina sin rodeos: «Fracasará en su empeño, acentuará aun más la derechización de Unión de Centro Democrático (UCD) y contribuirá a aumentar los factores de inestabilidad democrática». Frente a tal Gobierno, el PCE «realizará, en el ejercicio de los derechos constitucionales, una oposición radical en el Parlamento y en la calle».

También por primera vez desde que el PCE fue legalizado, y, por tanto, partícipe en la política de consenso, se introduce una nueva palabra en su declaración oficial: la referente a la acción en la calle. El partido comunista se muestra partidario, hoy por hoy, de acudir a movilizaciones populares para hacer oír la voz de la izquierda. Tales movilizaciones se concretarían, por el momento, en asambleas en fábricas, empresas, centros de trabajo y asociaciones de barrio, y en manifestaciones callejeras.

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