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Entrevista:

Ignacio Orbaiceta: "Nos asociamos con Ibelsa porque en Zanussi sí hay futuro"

Para el próximo mes de marzo quedará constituida una nueva sociedad que integrará a Ibelsa y Orbaiceta, SA, y que pasará a ser el grupo más importante de España en el sector de electrodomésticos de línea blanca. Orbaiceta, SA, que en los últimos diez años ha absorbido a Agni, Corcho, Crolls y que cuenta con el 49% de las acciones de Domar (Newpoll), continúa de esta forma su política expansionista de cara a la entrada en la CEE. «Sobre todas las cosas», señala Ignacio Orbaiceta, «yo he tenido en cuenta, a la hora de asociarnos con Ibelsa, que en Zanussi si hay futuro».

Ignacio Orbaiceta Zabalza, 57 años, es un self made man. Desde que en 1949 abandonara el ciclismo activo, deporte en el que Regó a ser campeón de España (1944) de fondo en carretera, con el equipo Sans-Pirelli, en la época de los Trueba, Berrendero, Poblet, Cañardo, etcétera, ha ido conformando un grupo empresarial que, en 1980, facturó 16.000 millones de pesetas. Orbaiceta, SA, que cuenta con un capital social de 2.020.480 pesetas, está integrado por la familia Orbaiceta, como principal accionista; el Banco Hispano Americano, antiguos accionistas de Industrias del Hogar, SA -absorbida en 1969- y empleados de la casa.Orbaiceta, SA, que por primera vez en 1980 ha cerrado el ejercicio con pérdidas, exportó el año pasado 4.000 millones de pesetas a Europa, Africa y América, fundamentalmente en estufas a gas butano, frigoríficos y cocinas. El grupo industrial creado por Ignacio Orbaiceta, que cuenta con 4.811 trabajadores, comenzó a funcionar en 1965, cuando todavía los hermanos Orbaiceta se dedicaban a fabricar los ciclomotores Lanch y Ser, con patente francesa. «En aquellos largos inviernos», recuerda Ignacio Orbaiceta, «estábamos prácticamente parados porque no se vendían motos y a mí se me ocurrió que podíamos hacer algo con las estufas. Recorrí varios países y me traje a Pamplona diversos modelos para estudiarlos. Después comenzamos, con tecnología propia, a fabricar estufas de convección bajo la marca Super Ser. En 1968 llegamos a hacer 800.000 estufas».

Pregunta. ¿Qué significado tiene la firma de un acuerdo con Ibelsa para la constitución de una sociedad mixta que estudie la fusión de los dos grandes entes empresariales.

Respuesta. El hecho de querer asociarnos con Ibelsa ya es una forma de actuar nuestra desde hace muchos años; en 1969 absorbimos a Industrias del Hogar, que fabricaba Agni; en 1972 compramos Corcho; en 1975, el 49,93 % de Domar (Newpoll), y en 1977, Crolls. A partir de 1965, cuando se creó Orbaiceta, SA, ha habido esta evolución, siempre con la idea de llegar a tener unas dimensiones suficientemente grandes como para poder conseguir unos costes adecuados. Hasta el momento, en nuestra empresa han ido bien las cosas, pero, ya de cara a la integración de España en la CEE, esta empresa es insuficiente; necesitamos unas dimensiones mayores, especialmente en cuanto a la producción. En los últimos años hemos tratado este tema con varias empresas para ver si llegamos a un acuerdo; pero de todo lo que hemos visto, la mejor oportunidad ha sido Ibelsa-Zanussi, porque cumple las condiciones que nosotros necesitábamos para cubrir la dimensión y, sobre todo, para tener un futuro de cara al Mercado Común.

P. De llegarse a la fusión, ¿qué productos fabricarán las empresas de su grupo y cuáles Ibelsa?

R. Hay que hacer un estudio en profundidad para ver lo que conviene en cada extremo, pero lo que está claro es que los productos van a ser los mismos. Solamente especializaremos plantas para que se puedan producir, por ejemplo, 500.000 frigoríficos por año, a partir de la unión con Ibelsa, en lugar de los 200.000 que hacemos ahora en Pamplona. Cada uno seguirá con sus marcas, pero aumentando la producción.

P. ¿Está su grupo dispuesto a pagar por la fusión el precio de reducir puestos de trabajo, en un sector en el que existe un excedente tanto de mano de obra directa como asistencia o, por el contrario, la fusión con Ibelsa creará nuevos puestos de trabajo?

Queremos conservar todos los puestos de trabajoR. Como es lógico, al hacer una integración de empresas de este tipo, si el mercado no está receptivo, como sucede en España, crear puesto de trabajo es una hipótesis, de momento, descartada. Nosotros vamos a hacer todo lo posible para conservar los que tenemos, que ya es un éxito. Si, de todos modos, hubiese que reducir la plantilla, sería en una cantidad muy pequeña.

P. En la reestructuración del sector del pasado otoño, seis empresas acordaron constituir una sociedad denominada Nuevo Grupo de Electrodomésticos. ¿Por qué Orbaiceta se quedó fuera de esta operación?

La solución es asociarse a una multinacional

R. Orbaiceta se quedó fuera porque tenía otros planes y estaba en ese momento en contacto con otras empresas. Además, las empresas del nuevo grupo no se pusieron en contacto con nosotros -si bien yo les conozco y tenemos buenas relaciones-, porque, a su juicio, ese grupo era suficiente. Se hubieran repetido muchos artículos que estas empresas fabrican y nosotros también. Ellos tienen lo que creen que necesitan y nosotros estábamos manteniendo contactos por otros lados. Como considerábamos que nuestros contactos eran interesantes, tampoco tuve gran interés en preocuparme por la posibilidad de estar o no con el nuevo grupo.

P. Esta marginación, ¿puede entenderse como una prima a la presencia de las multinacionales (Zanussi) en el mercado nacional?

R. Nuestra fusión con Zanussi la hemos considerado desde el lado que nos interesa y que es el futuro. En la línea blanca de electrodomésticos, lo que realmente puede ser una solución definitiva es asociarse a una multinacional, porque la fuerza de estas empresas no la tiene nadie en España: Zanussi, en Italia, es más importante que todo el sector de electrodomésticos español. Para nosotros, la idea de hacer algo con Ibelsa-Zanussi ha sido mirando al futuro, porque esta empresa sí que tiene futuro. Zanussi es una compañía de una potencia, en todos los sentidos, extraordinaria. Estar con Zanussi tiene la ventaja de que podemos ampliar el catálogo y ponemos al día en cuestiones tecnológicas. Pero, sobre todas las cosas, lo que yo he tenido en cuenta es que con Zanussi hay futuro.

Pero, para llegar a conseguir los objetivos que pretendemos, necesitamos tres cosas: el apoyo de la Administración, ampliar el capital -porque la Administración exige que de los nuevos créditos que reciba el sector, al menos otro 50% debe ser puesto por los accionistas en la ampliación de los capitales sociales- y que los trabajadores estén dispuestos a aumentar la productividad. En España, estamos produciendo 3.000.000 de pesetas por hombre/año. En Italia, Zanussi produce 6.000.000 de pesetas por hombre y año. Aquí tiene que haber un cambio sustancial en este aspecto para que podamos competir en el mercado exterior e, incluso, en España.

P. ¿La fusión con Ibelsa viene dada por la importancia de Zanussi?

R. Hay dos razones para la fusión: tener la dimensión adecuada y contar, al mismo tiempo, con el apoyo de una multinacional del sector que es el número uno en Europa.

Es necesario el sacrificio de todosP. ¿Los trabajadores de Orbalceta están dispuestos a producir más?

R. No haremos nada con realizar nuevas inversiones, tener el apoyo del Gobierno, si no aumentamos la productividad. Todos tenemos que ser razonables si queremos que la empresa siga adelante. Y si no, se terminó. Así de claro. Hay una solución con Zanussi. De Orbaiceta dependen 5.000 familias directamente y otras 10.000 que trabajan en industrias auxiliares. Con la reestructuración, el Gobierno va a conseguir cosas importantes, porque, si no, esta industria desaparece. El sector ha vendido este año 80.000 millones, y esta cifra se puede aumentar si colaboramos todos: Gobierno, empresarios y trabajadores. En nuestro caso, con las dimensiones que vamos a adquirir y con el soporte de Italia, esta empresa es viable, tiene futuro asegurado, además.

P. Fundamentalmente, ¿a qué se debe el expediente de regulación de empleo que a partir de marzo afectará a mil trabajadores de Super Ser?

R. Es muy sencillo. En 1980 ha habido una recesión en el mercado del 27% en cocinas, del 15% en frigoríficos, el 33% en lavadoras y del 34%, en lavaplatos, con una recesión en el mercado de este orden, ¿para qué queremos trabajar?, ¿para aumentar las existencias? Es más conveniente hacer una regulación de empleo, porque no tenemos más remedio. Seguir produciendo en esta condiciones sería de locos. No tiene sentido. Además, los trabajadores prácticamente no van a perder nada.

P. ¿Ha sido este un sector en el que se ha ganado mucho dinero en poco tiempo y ahora se acusa demasiado la crisis?

R. Cuando yo empecé a fabricar estufas llegamos a estar 65 fabricantes. Hoy, junto a Super Ser, está uno en Valencia, y Mepamsa, también en Pamplona. En los años atrás, el que llevaba bien el negocio ha ganado dinero. Pero. ¿cuántos negocios se han hundido? Todas las empresas que han ganado dinero lo han perdido en los últimos años. La situación es difícil; se están cerrando fábricas todos los días. Hoy no tiene ningún aliciente ser industrial. Lo que sucede es que, personalmente, aquí hay 5.000 personas y muchas están conmigo desde el principio. Aquí tienen toda su vida y esperanza. Nuestra obligación es hacer todo lo posible para que la empresa siga y para que esta gente siga viviendo cada día y, si es posible, mejor.

En esta empresa hay personas que están conmigo desde el primer día y que lo han dado todo; nada más que por eso, yo tengo que hacer el esfuerzo necesario para que la empresa continúe.

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