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ASTURIAS

Los médicos de la residencia sanitaria de Oviedo, decididos a un plante

La asamblea de médicos de la residencia sanitaria de Oviedo acordó proponer a la junta facultativa el desencadenamiento de medidas de presión a partir del 9 de febrero, como consecuencia de las medidas discriminatorias que recibe este centro de la Seguridad Social.

El 9 de febrero, según la recomendación de los médicos, quedarán cerradas las consultas externas; al lunes siguiente se reducirán las intervenciones quirúrgicas, dentro de un plan dirigido a colapsar este centro. La junta facultativa estudiará hoy la propuesta de la asamblea de médicos para tomar una actitud. La rotunda negativa del Ministerio de Sanidad a la creación de secciones de medicina nuclear y cirugía torácica, invocando la existencia, muy próxima, de estos servicios en el Hospital General de Asturias, dependiente de la Diputación, y la increíble acumulación de retrasos en la inauguración del centro de consultas externas, debido a deficiencias estructurales en su construcción, han provocado un auténtico clima de indignación entre los médicos de la residencia sanitaria, puesto de manifiesto en la última reunión de la junta facultativa.La residencia general de Oviedo, pese a tener un número de camas superior, servicios más completos y una función as¡stencial de carácter regional, recibe un tratamiento presupuestario inferior al de otras instituciones sanitarias asturianas de la Seguridad Social, de carácter comarcal. Su servicio de urgencias es conocido popularmente como «tren de la muerte», por sus calamitosas condiciones. Médicos consultados por EL PAIS estiman que la residencia de Oviedo sufre las consecuencias del desinterés de los órganos de dirección de la Seguridad Social y de las presiones de un grupo de médicos del Hospital General de Asturias, algunos de cuyos cirujanos llegan a percibir del orden de las 500.000 pesetas mensuales por sus intervenciones privadas en ese mismo centro, de fuerte influencia en UCD.

Las mismas fuentes aseguran que los servicios del Hospital General de Asturias son insuficientes para atender a la demanda de la población asturiana en lo referente a medicina nuclear y cirugía torácica. Como ejemplo de la potenciación del Hospital General, en detrimento de la residencia sanitaria de Oviedo, invocan la negativa del Ministerio a dotar a esta institución de un scanner (instrumento de exploración interna), a pesar de que el año pasado llegó a pagar al hospital casi veinte millones de pesetas por la utilización de este aparato para detectar la existencia de tumores.

El nuevo edificio

El tema más escandaloso, sin embargo, está en los retrasos para la puesta en funcionamiento del nuevo edificio, destinado a consultas externas, pendiente aún de la recepción definitiva. Su proyecto fue realizado en 1973 y las obras dieron comienzo dos años después. En el mes de octubre de 1979, la unidad de ingeniería técnica informó a la Subdirección General de Asistencia Hospitalaria de las deficiencias que era, preciso subsanar ante su puesta en marcha. Después de la recepción provisional de la obra, en noviembre de 1979, el edificio sigue inutilizado. Han transcurrido los meses sin que se aprecie interés alguno por corregir sus deficiencias por parte de los organismos y autor¡dades regionales y provinciales de la sanidad asturiana. Entre tanto, las consultas continúan realizándose en el interior de la residencia general de Oviedo, con el consiguiente riesgo de provocar numerosas infecciones.Está planteada, por otra parte, una tremenda pugna por el nombramiento del director del Instituto Nacional de la Salud (Insalud) de Asturias. Manuel Martínez Santos, actual director general de la Ciudad Sanitaria de Oviedo, el candidato inicialmente con mayores posibilidades, se encuentra prácticamente descartado, entre otras razones, por las denuncias presentadas reiteradamente sobre problemas muy graves existentes tanto en la residencia de Oviedo como en la de Gijón, de la que también fue director UCD partido, en el que milita, decidió retirarle de forma definitiva su apoyo. Según fuentes fiables, Pablo Morilla, actual director del Instituto de Servicios Sociales (Inserso) de Asturias, podría ser nombrado la próxima semana para ocupar este cargo.

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