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La Bolsa decidida a llevar adelante su reordenación por decreto

La Bolsa de Madrid ha decidido continuar adelante con la aplicación de los cuatro decretos que para su reordenación fueron publicados en el BOE del pasado 5 de septiembre. En concreto, los representantes de la Junta Sindical del mercado madrileño han anunciado que a partir del próximo día 1 de febrero se comenzará a aplicar la normativa que afecta al régimen de aplicaciones de valores con cotización oficial y a las órdenes de compra-venta.Este era el más controvertido de los cuatro decretos publicados en aquella fecha por cuanto afecta a la operativa diaria del mercado de valores y reglamenta de modo bastante estricto una de las prácticas que contribuían de forma destacada a distorsionar la realidad del mercado: las aplicaciones de órdenes,

Estas operaciones se realizan normalmente cuando un mismo mediador, bien sea un agente de cambio o un intermediario financiero, cuenta con dos órdenes sobre un mismo valor, pero de signo contrario. Hasta ahora la práctica habitual consistía en negociar en el mercado únicamente la diferencia de títulos que presentasen estas dos órdenes, aplicando el resto de los títulos el precio que se realizase en el mercado. Si el ordenante de las dos operaciones era el mismo, obtenía además una bonificación en el arancel del agente.

Esta práctica impedía que aflorasen al mercado la totalidad de las órdenes que se generaban, lo que daba lugar a que la formación de los cambios se realizase en muchas ocasiones con bastantes menos títulos de los que realmente se negociaban.

A esta práctica era especialmente adicta la banca, por cuanto es la principal canalizadora de órdenes a los mercados de valores nacionales. Y si esto resulta importante para las operaciones sobre cualquier tipo de valor, cobra una relevancia especial en el caso de las acciones de las propias entidades, quienes además cuentan con un peculiar sistema de contratación que se conoce como de «caja» y que viene a suponer el que las órdenes de compra y venta de valores bancarios que se reciben son introducidas en el ordenador de la Junta Sindical. Este, a la vista de ellas, determina un cambio que coincide con el precio al que se realiza un mayor número de operaciones. Sobre este cambio propuesto se puede actuar en contrapartida, es decir, que si la propuesta es bajar el precio, se puede generar a posteriori una orden compradora para contrarrestar las ventas.

Esta viene siendo la práctica habitual, y es la razón por la que los valores bancarios tienen una gran facilidad para marcar cambio contra corriente.

A partir del día 1 de febrero, según ha podido saber EL PAÍS, todas las órdenes que pretendan negociarse habrán de ser presentadas en un mismo momento, con lo que se intenta evitar esta práctica habitual de repetir o subir a pesar de que el número de órdenes vendedoras supere al de compra.

Al parecer, los representantes bancarios no se han quedado cruzados de brazos ante la amenaza que para la tranquilidad de sus cotizaciones supone la aplicación de este decreto. Tras una tormentosa reunión con miembros de la Junta Sindical madrileña, amenazaron con solicitar la aplicación estricta del reglamento y, por tanto, que se confeccionasen los cambios por subasta a viva voz, como ocurre en el resto de los valores. Incluso algunos amenazaron con desviar sus operaciones hacia otras plazas o hacia los corredores de comercio, a quienes, al parecer, consideran más tolerantes para con sus intereses.

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