Violenta rivalidad entre los habitantes de Gallipienzo
Cuando hace doce años el párroco de Gallipienzo tomó las riendas legales para construir un nuevo poblado, los vecinos de este pueblo navarro, situado cerca de Sangüesa, junto a la frontera con Aragón, comenzaron a dividirse de forma irreconciliable. Hoy, con dos pueblos denominados Gallipienso -el de siempre y el nuevo-, la historia se ha agudizado, hasta el punto de que hace varias semanas la señal de tráfico indicadora de¡ nuevo poblado apareció tiroteada.
Situado en una colina de 611 metros de altitud, Gallipienzo es uno de los pueblos más antiguos de Navarra, que tuvo un papel defensor protagonista en las luchas contra el Reino de Aragón. La antigua parroquia de El Salvador domina, desde lo alto de la colina, todo el pueblo que actualmente se desmorona, poco a poco, debido al inexorable paso del tiempo. Todo Gallipienzo tiene aspecto señorial y en la mayor parte de las casas existen escudos nobiliarios, que recuerdan una época lejana en la .que el pueblo era una fortaleza defensiva, debido a su localización,Pero, del mismo modo que Gallipienzo tiene una fisonomía particular, sus habitantes también se caracterizan por una especial forma de ser. Cuentan las malas lenguas que en una ocasion un grupo de jóvenes de Gallipienzo se encontraba jugando al fútbol en una campa cercana al pueblo, cuando se acercó una persona preguntando si le dejaban jugar con ellos. Como quiera que recibiera una respuesta negativa, ya que los dos equipos estaban formados, el irascible joven se fue a su casa, arrancó el tractor, se personó en el improvisado campo de fútbol y lo labró de un extremo a otro inutilizándolo totalmente.
El nuevo poblado
Hace doce años, el sacerdote Ciriaco Asín, párroco de Gallipienzo, tomaba la iniciativa de promover la construcción de un nuevo poblado, ya que el antiguo ofrecía todo tipo de incomodidades por su ubicación, y además existía el engorro diario de trabajar en los campos y subir el trigo hasta el pueblo por la empinada carretera. Con la ayuda de la Diputación Foral de Navarra se construyó el poblado nuevo, en las faldas de la colina en donde está localizado el viejo pueblo, a orillas del río Aragón. El cura estaba convencido, al menos así lo expresó en todos los organismos oficiales, de que, con la construcción del nuevo poblado, se instalarían allí todos los vecinos.Sin embargo, la cosa no fue así y, por añadidura, comenzó una época de enfrentamientos que ha configurado dos comunidades distintas. Arriba, en el pueblo de siempre, continúan viviendo las personas mayores o aquellos que nunca vieron con interés el cambio de domicilio. Abajo, los jóvenes y el Ayuntamiento en pleno, ya que en'las pasadas «lecciones no hubo candidatos más que en el poblado nuevo. «El nuevo Ayuntamiento», señaló a EL PAIS un vecino del viejo Gallipienzo, «no se preocupa para nada de los que vilvimos aquí arriba. Dicen que este es un pueblo en ruinas y nos tienen totalmente abandonados, como si fuéramos de otro planeta».
Por el contrario, los vecinos del nuevo poblado de Gallipienzo consideran que los rencorosos son los habitantes del viejo pueblo, que no han aceptado como normal la construcción de un pueblo nuevo, que obviara las incomodidades y los riesgos del antiguo- «Esta gente», asegura un vecino, del nuevo poblado, «se niega a aceptar el paso del tiempo, y no se da cuenta que Gallipienzo es un pueblo que amenaza ruina por los cuatro costados. Pero son tan intransigentes que han Regado a tirotear con una pistola la señal del nuevo poblado, en donde se encontraron veintidós impactos de bala».
Pero no es sólo la señal de tráfico un dato para entender el enfrentamiento entre las dos comunidades. El autobús de línea -La Montañesa- ya no hace el recorrido hasta el viejo Gallipienzo, adonde se accede a través de una carretera estrecha y revirada, sino que únicamente va hasta las proximidades del nuevo poblado.
Los vecinos del viejo Gallipienzo se quejaron a la empresa del autobús, que insistió en las dificultades para subir por una carrera tañ poco favorable. Después de la negativa de La Montañesa, los vecinos del viejo Gallipienzo pusieron el tema en conocimiento de la Guardia Civil, quien en ocasiones últimamente ha obligado al autobús a subir hasta el pueblo. En una de estas subidas del autobús, acompañado por la Guardia Civ il, los vecinos del viejo Gallipienzo colocaron barricadas en la carretera para que no pudiera bajar.
Tarde o temprano el viejo Gallipienzo verá sus casas cerradas. De los casi novecientos vecinos del año 1940, actualmente no viven más de trescientos, y están abiertas 76 casas, lo que puede dar una idea del progresivo abandono que está sufriendo Gallipienzo, considerado como uno de los pueblos más antiguos de Navarra.
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