Alto cargo de Cultura, declarado persona no grata en Santillana

El Ayuntamiento de Santillana del Mar (Santander) ha declarado persona no grata al subdirector general de Arqueología, Manuel Fernández Miranda. La medida adoptada contra este funcionario del Ministerio de Cultura ha sido tomada después de que Fernández hubiese advertido al alcalde de esta localidad montañesa, Javier Rosino, que «en tiempos de Franco ya habría dejado de ser alcalde», al tiempo que le amenazó con la posibilidad de que el Ministerio retirase una subvención para reparar varios edificios artísticos de la villa.

El pleno de concejales ha acordado también iniciar los trámites judiciales necesarios contra el Ministerio si en el plazo de quince días no convoca la preceptiva reunión patronato de las cuevas prehistóricas y ofrece suficiente información sobre las investigaciones que se están realizando en el interior de la cueva de las pinturas Altamira, cerrada al público desde hace tres años.

Primer enfrentamiento

El primer enfrentamiento entre el alcalde de Santillana del Mar, miembro del Partido Regionalista Cantabria, y el subdirector de Arqueología se produjo por teléfono. Más tarde, Javier Rosino informó al director general del Patrimonio Artístico, Javier Tusell, de los términos en que se había desarrollado la conversación, incluidas las coacciones y la alusión a que en tiempos de Franco ya le habrían quitado el cargo. El director general pasó esta carta a su subordinado, quien, por escrito, un membrete del Ministerio de Cultura, replicó al alcalde de Santillana diciéndole, entre otras cosas, que aquellas frases las había dicho en tono irónico y que «nunca creí que fueras una persona muy inteligente, y ahora veo que no me había equivocado mucho en mi primera apreciación».Ante esta respuesta, y tomando como insulto a la Corporación pleno, los concejales de Santillana del Mar se reunieron el miércoles en sesión extraordinaria, acordaron exigir la dimisión de Fernández Miranda y enviar cartas al Rey y al presidente del Gobierno, denunciando la situación de abandono en que se encuentran las cuevas de Altamira.